Entrenar tu cerebro para alcanzar la felicidad, o ese sentimiento de plenitud que asociamos a este concepto tan ambiguo, es posible. Al menos así lo afirma un estudio llevado a cabo por la Escuela de Medicina de Harvard. Una investigación que respaldan numerosos profesionales, quienes defienden que el ser humano tiene la capacidad de entrenar su mente para sentirse bien incluso en los momentos más difíciles. Una afirmación que se torna cuánto menos esperanzadora, teniendo en cuenta las semanas tan duras que quedan a nuestras espaldas. 

Así, además de aprender de las costumbres y el estilo de vida de otros países como el hygge noruego, el sisu finlandés o el fika, la filosofía sueca con la que decir adiós al estrés, existe una rutina que puedes practicar cada día para enseñar a tu mente a valorar más lo positivo y aceptar lo negativo. 

1- No intentes cambiar la realidad; acéptala

Luchar contra la realidad te genera sufimiento por el simple hecho de que no ves cumplidas tus expectativas. Es por ello que los expertos recomiendan aceptar determinadas situaciones que no podemos cambiar, en lugar de aferrarnos a nuestros deseos, ya que ese condicionamiento generará inevitablemente cierto sufrimiento.  

2- Analiza tus quejas

Contrariamente a lo que muchas podamos pensar, quejarse no es malo. Tratar de evitar esa protesta que te nace del interior puede ir contra natura, pero analizarla, tratar de explicarte de dónde viene y analizar tus pensamientos, es un ejercicio de reflexión recomendado por muchos profesionales. 

3- Cuestiona tus propios pensamientos y acepta los negativos

Del mismo modo, tampoco es bueno acallar los pensamientos negativos. Por el contrario, un buen ejercicio consiste en apuntar en un papel todo eso que pasa por tu cabeza en momentos de angustia, estrés o ansiedad y cuestionarte a ti misma de dónde proceden esos pensamientos. Así, desde una perspectiva externa y más objetiva, serás capaz de aclarar tu mente, restarles importancia y sentirte un poquito mejor. 

4- Aleja las emociones negativas

Sin embargo, sí debes evitar sentimientos como el rencor, la envidia o el resentimiento. Emociones que terminan haciéndote más daño que la situación o la persona que las ha generado. 

5- Sé amable

Una sonrisa, un "gracias" o cualquier gesto de amabilidad que tengas con los demás te reportará una gratificación personal que contribuirá directamente a tu felicidad.

6- Conecta con los demás y no intentes cambiarles

Las relaciones personales y los vínculos emocionales que establecemos con otras personas son cruciales en nuestra vida. El ser humano es sociable por naturaleza y cuidar bien de los vínculos afectivos puede conseguir aumentar la esperanza de vida. De ahí la importancia de fortalecer y mimar las conexiones personales, analizar esos detalles que te sientan mal para buscar las causas últimas y aceptar el comportamiento y las decisiones de los demás en lugar de tratar de cambiarlos, ya que esto solo te generará inseguridad e impotencia. 

7- Da las gracias

Hemos dejado este paso para el final, lo que no significa que sea menos importante; todo lo contrario. Agradecer todo eso que la vida te ha dado te ayudará ser más consciente de ello y, al mismo tiempo, disfrutarlo y valorarlo mucho más. Así que, el último ejercicio consiste en anotar cada noche 3 cosas que agradeces de tu día. En solo unas semanas te notarás mucho más animada.