Además de seguir una alimentación adecuada y de realizar ejercicio con frecuencia, los estiramientos y los masajes también forman parte de ese bienestar integral al que tanto nos referimos en ¡HOLA! Living. El masaje deportivo se realiza para que cualquier deportista se encuentre en el mejor estado físico posible, y que se procure evitar las lesiones en lugar de tratarlas. Es cierto que los deportistas de alto nivel necesitan de los cuidados de un masajista especializado de manera constante, pero no es necesario serlo para cuidarnos si hacemos deporte de manera frecuente, porque en cualquier momento podemos padecer una dolencia física o sufrir una lesión.

Cuando recibimos un masaje tras una práctica deportiva de alta intensidad, como participar en una carrera o tras una dura sesión de fitboxing, podemos evitar roturas de las fibras musculares y posibles sobrecargas y dolores. Un buen masaje puede aliviar nuestra musculatura, reactivar la circulación y eliminar toxinas, del mismo modo que puede prepararnos físicamente antes de realizar un deporte en el que vayamos a hacer un gran esfuerzo.

Cuándo realizar cada masaje

Si vamos a participar en cualquier tipo de competición lo ideal es realizar un masaje antes y otro después. El masaje pre-competitivo se realiza desde las 24 hasta las 5 horas anteriores a la competición, con la intención de aumentar la elasticidad muscular, la temperatura y la circulación sanguínea. Es un masaje de tipo profundo, en el que pueden aplicarte alcohol o glicerina para que la temperatura de los músculos aumente con rapidez, y se realizan fricciones en los músculos implicados durante aproximadamente 5 minutos.

Al terminar la competición y antes de que transcurran un máximo de cinco horas se debe realizar otro masaje que se denomina postcompetitivo. Su objetivo es hacer desaparecer la toxinas y evitar contracturas causadas por el esfuerzo realizado. Antes de realizarlo es importante eliminar el sudor con jabón (seguro que una ducha es lo que más apetece) y luego se trabajan durante 10 minutos los músculos mediante sacudidas y vibraciones.

Pero no es necesario esperar al día del gran esfuerzo para darse un masaje de mantenimiento. Siempre nos apetece recibir un buen masaje, y es una forma eficaz de detectar posibles contracturas que pueden traernos problemas mayores en el futuro, además de garantizar la elasticidad y acabar con la fatiga muscular.

Existen diferentes técnicas de masaje deportivo

Va a depender del especialista en concreto y de nuestro estado físico las técnicas que nos apliquen, del mismo modo que es distinto un masaje pre-competición, de uno postcompetición de uno de mantenimiento. Para movilizar los tejidos se realiza un amasamiento con los dedos en los músculos, con la intención de regenarlos. Si es necesario, o el especialista lo considera adecuado, se pueden utilizar los nudillos de las manos en lugar de los dedos.

También se utilizan los dedos para ejercer presión sobre las zonas en las que se haya producido algún tipo de dolor muscular, siempre que hablemos de una sobrecarga y no de una rotura. También se puede realizar esta presión en los cuádriceps mediante la crioterapia, es decir, con hielo en formato de masaje, para aliviar la tensión tras una carrera.

Las otras técnicas utilizadas son la percusión y la vibración. La percusión es un golpeteo, nunca fuerte, que se realiza sobre la musculatura con el borde externo de la mano con el objetivo de vasodilatarla. La vibración busca activar la musculatura a través de un movimiento vibratorio, con oscilaciones y rápido que se ejecuta con la punta de los dedos.