Si hubo un día que marcó un antes y un después en la vida de Mila Ximénez, fue el día en que contrajo matrimonio con Manolo Santana. Si bien la ceremonia transcurrió entre risas, invitados de lujo y complicidad, la colaboradora de televisión terminó revelando a ¡HOLA! que vivió un matrimonio “tormentoso”, con idas y venidas, que hicieron que la pareja decidiera divorciarse a finales de 1986, en medio de los preparativos de su segunda boda, esta vez, religiosa.

De aquella primera boda, que se celebró en 1983 por lo civil -el tenista estaba divorciado de Fernanda Dopeso-, ya solo quedan recuerdos. Ese nueve de febrero, que transcurrió en los juzgados de la madrileña localidad de Villalba, contó con la princesa Tessa de Baviera y el duque de Suárez como testigos. Además, Mila y Manolo estuvieron acompañados en todo momento por un centenar de invitados, con quienes pusieron el broche a un día sin igual, con una brillante fiesta en una discoteca de la capital.

La colaboradora lució un bonito conjunto de dos piezas en blanco, con falda midi y americana. A la salida de la ceremonia, los recién casados fueron invitados por Adolfo Suárez a tomar un aperitivo en su casa. No fue hasta la noche cuando Mila y Manolo se reunieron de nuevo con todos sus invitados, para ofrecerles un banquete y una fiesta flamenca en la sala madrileña Mau Mau, que se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Para ese encuentro, Mila cambió el traje de novia por un precioso vestido rosa y negro.

En este día tan emotivo, entre el aperitivo con el expresidente y la cena con los asistentes, la pareja encontró un momento para ofrecer un almuerzo íntimo a sus más allegados, y así compartir con ellos el que por aquel entonces parecía ser unos de los días más felices de sus vidas. La celebración contó con una lista de invitados de lo más selecta, entre los que destacaron nombres como el de Rocío Jurado, Ángel Nieto, Mariví Dominguín, Pedro Carrascoso y Manuel Lapique, entre otros.

A pesar de las caras de felicidad que pudimos ver durante ese enlace, la colaboradora de televisión aseguró a ¡HOLA! en 1987, tan solo cuatro años después de la boda, que, cuando se casó, “idealizaba el matrimonio”. “Hubo un momento en el que yo sólo compartía la casa con Manolo, pero no su vida. No podía contactar con él para nada. No tenía tiempo ni para cenar con amigos comunes. Quizá los dos somos muy independientes”, lamentaba Mila.

De su matrimonio con el tenista, el 15 de abril de 1984, nació la única hija de Mila, Alba Santana, que no ha dejado de acompañar a su madre desde que le diagnosticaron cáncer de pulmón con metástasis hace aproximadamente un año. Alba, que vive en Ámsterdam con su marido y sus dos hijos, ha viajado asiduamente a España durante los últimos meses para estar al lado de su madre en todo momento, convirtiéndose así en uno de los mayores apoyos de Mila durante sus semanas más complicadas.