Cocina Ext.

Fresones: una deliciosa inyección de vitaminas

Además de sus propiedades beneficiosas para el organismo y de su exquisito sabor, estas frutas son ideales para cuidar la línea dado su bajísimo aporte calórico

De mayor tamaño y sabor algo más ácido que la fresa, el fresón es una excelente fuente de vitamina C.

Su uso en cocina puede dar lugar a sabrosas recetas, como esta compota de fresón y piña que vemos en la imagen.


Además de ser una de las frutas que más color (e intenso aroma) proporciona a los estantes de las fruterías, el fresón es un alimento que aporta al organismo un buen número de beneficios: es refrescante, aporta energía, fibra, y gran cantidad de vitaminas (especialmente de Vitamina C, que ayuda a aumentar la resistencia frente a posibles infecciones y estimula la formación de defensas). Además, si no se toma con azúcar, el consumo de fresones resulta beneficioso para la dentadura (protegen la aparición de sarro) y para la figura. Y es que su aporte calórico en tan sólo de 30 calorías por cada 100 gramos de producto.

En definitiva, un pequeño tesoro para la salud que cuenta con diversas variedades (tioga, douglas, talismán, salimas, cambridge...) y cuya producción anual es, sólo en España, de 100.000 toneladas. Así por ejemplo, destacan por su calidad las cultivadas en Huelva, Valencia, Barcelona o Málaga.

Algunos consejos

-A la hora de comprarlos tenga en cuenta que la calidad del fresón viene dada por su aspecto externo, color, tersura, brillo y regularidad en tamaño y madurez. Deberá desechar, por tanto, los frutos golpeados, excesivamente maduros o que no tengan el tallo.

-Recuerde que no se conservan demasiado tiempo; son frutas bastante perecederas (el calor, el transporte y la humedad son sus peores enemigos, por lo que se deterioran con facilidad).

-Para conservarlos mejor, aíslelos en la nevera (ya que su olor se propagará fácilmente a otros alimentos) en un lugar seco lo más esparcidos que pueda en una fuente o plato llano. Si no están muy maduros podrán aguantar así 4 ó 5 días.

-No olvide quitarles el rabo siempre después de lavarlos. Si no perderán su sabor.

-Si son insípidos, póngalos con una cucharada sopera de vinagre por cada kilo de fresón y déjelos así macerando durante una hora, añadiéndole luego azúcar o la preparación que más le guste.

-Otro truco para este mismo caso es añadirles un chorrito de extracto de café: tendrán un sabor muy especial, que le recomendamos probar si los fresones que compró no le saben a nada.



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