Baño de multitudes, vítores, aplausos, una copa más en el palmarés… los jugadores de la Roja han inscrito estos días sus nombres en la historia del fútbol mundial con letras de oro. Un año, el 2012, que quedará ya en la memoria colectiva como aquel en el que se forjó una leyenda. Sin embargo, para un jugador en concreto este será además un mes de julio que no va a olvidar fácilmente y no sólo por sus logros deportivos sino por otra victoria aún más personal.
A Andrés Iniesta va a ser difícil que se le borre la sonrisa del rostro al menos durante unas semanas más. Aún con la resaca de la multitudinaria celebración en Madrid con la afición, el de Fuentealbilla se ha levantado con la noticia de que ha sido declarado mejor jugador de la Eurocopa de Polonia/Ucrania 2012, según informa la UEFA en un comunicado. Doble alegría, pero como hemos escuchado muchas veces estos días “no hay dos sin tres”. Pero ¿cuál puede ser el tercer logro para el deportista del Barça?
Pues ni más ni menos que su boda con Anna Ortiz el próximo 8 de julio en el castillo de Tamarit, en la localidad tarraconense de Altafulla. Se trata de un enclave medieval a orillas del mar Mediterráneo en el que de nuevo todos los ojos estarán fijos en él. Seguro que mientras este estaba concentrado en marcar goles, Anna se encargó de matizar todos los detalles para que el próximo domingo salga todo a la perfección (aunque no faltó en la cena de celebración del triunfo). En este día tan especial se espera por supuesto a Valeria, la hija de la pareja que nació en abril del pasado año, y a sus compañeros del FC Barcelona a los que se unirán algunos de la selección.
Un enlace en el que los gritos de ¡Vivan los novios! seguramente se mezclarán con ese de ¡Campeones, campeones, oeoeoe!
