Victoria Beckham, una de las madres más 'chic' del planeta salió a cenar este fin de semana en compañía de sus tres hijos, Brooklyn, Romeo y Cruz, a un exclusivo restaurante japonés de Los Ángeles. Como suele ser habitual, a la salida se encontraron con una nube de fotógrafos dispuestos a inmortalizar la familiar estampa pero la cantante no estaba de humor y evitó por todos los medios ser retratada. Apresuradamente, metió a los niños en el coche que les llevaría a casa y ella también hizo lo propio.
Sin embargo, fueron sus propios hijos quienes no se lo pusieron nada fácil. El pequeño, Cruz, se resistía a ponerse el cinturón de seguridad mientras hacía exageradas muecas a los reporteros gráficos, lo que desató el enfado de su madre, que lo reprendió duramente y le obligó a tomar asiento.
Y cuando la mujer de David Beckham creía tener la situación controlada, su hijo mayor, Brooklyn, volvió a poner a prueba su paciencia con un improvisado baile en el interior del vehículo, que volvió a llamar la atención de los fotógrafos. El primogénito de los Beckham recibió la correspondiente reganiña y finalmente pudieron regresar al hogar que habitan en Los Ángeles desde que su padre fichara por Los Angeles Galaxy.
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