Jenna Bush y Henry Hager se han dado el 'sí quiero'

La ceremonia se ha celebrado en el rancho que el padre de la novia, el presidente George Bush, posee en Texas, ante 200 invitados y a la orilla de un lago

Por hola.com
Jenna Bush y Henry Chase Hager ya son marido y mujer. La pareja se ha casado en el rancho que el padre de la novia, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, tiene en Crawford, Texas. La ceremonia fue oficiada por el pastor Kirbyjon Caldwell, de la Iglesia Metodista de Houston, y tuvo lugar a las 19.30, antes de que anocheciera, junto al lago que cruza la gran finca del Presidente. Ante los novios, se erigía una gran cruz de piedra caliza, que se ha levantado con motivo del enlace pero que permancerá como punto de referencia en el rancho de los Bush.

Jenna y Henry se dieron el 'sí quiero' ante unos 200 invitados, entre los que figuraban familiares y los amigos más intimos de la pareja. Fue George Bush quien llevó a su hija al altar, según ha confirmado la revista People. El hermano del novio, John, fue el padrino de la boda. Según un portavoz de la Casa Blanca, todavía no se sabe si Jenna tomará el apellido de su marido.

Oscar de La Renta, diseñador oficial del enlace
El elegido para diseñar el vestido de la novia, su madre y su hermana fue Oscar de la Renta, creador favorito de la Primera Dama, Laura Bush. La Primera Dama, lució un vestido en turquesa oscuro. Bárbara, la hermana de Jenna y dama de honor de la boda, escogió un traje en color gris con brillos. Sally McDonough, portavoz de la Casa Blanca, ha afirmado que los colores elegidos tanto de los vestidos como de la decoración rinden homenaje a los colores tradicionales de Texas. "El azul del lago donde Bush suele pescar, el verde en honor a las praderas el campo, y el lavanda y el amarillo, como los colores de las flores silvestres".

Crawford se viste de fiesta
El viernes, Jenna pasó gran parte del día junto a su madre, Laura, su hermana Bárbara, y algunas amigas. Almorzaron todas en uno de los restaurantes de la ciudad y pasaron la tarde juntas antes de prepararse para las festividades.

La primera gran cita del enlace se vivió el viernes por la noche. Los novios ofrecieron una 'cena de ensayo', una tradición de las bodas norteamericanas. Los 200 invitados, todos ellos vestidos de etiqueta, se trasladaron hasta el Salado Silver Spur Theater. Con esta gran fiesta "al más puro estilo de Texas", según comenta la revista People se quiso celebrar también el 30 cumpleaños del novio.

Bush: 'Una boda espectacular'
La novia caminó del brazo de su padre hacia el altar, dispuesto frente al lago del rancho. La ceremonia estaba prevista a las 19.30h y el Presidente comentó después el porqué de esta hora tan tardía: "Justo cuando se dieron el 'sí, quiero' se puso el sol sobre nuestro lago y fue simplemente maravilloso".

Jenna lucía un vestido sin mangas y no la cubría velo o mantilla. Sólo una pequeña cola sobresalía del diseño de organza creado por Óscar de la Renta. Su hermana, Bárbara, fue la dama de honor principal y el hermano de Henry, John, el best man que siempre hay en las bodas americanas. Tras la ceremonia, los novios y sus invitados se trasladaron a la carpa dispuesta en el rancho para la celebración. No ha trascendido el menú pero sí que tras cortar la tarta, la novia bailó con su padre You are so beautiful de Joe Cocker interpretado por la banda The Tyrone Smith Revue.

Al día siguiente de la boda, antes de tomar el avión oficial, el mítico Air Force One, con destino Wahington, George Bush comentó: "Nuestra niña pequeña, Jenna, se ha casado con un tipo bueno. La boda fue espectacular. Todo lo que podríamos haber deseado".

Fiesta en Crawford
Todo el pueblo de Crawford se ha volcado con el enlace. Se han puesto a la venta numerosos souvenirs del enlace. Los carteles de la calle han cambiado las indicaciones por otras frases de felicitación. "Enhorabuena, Jenna y Henry", rezan algunos. Y, sobre uno de los carteles que hay con la forma de la silueta de una figura femenina, se ha colocado un velo y un ramo de flores. Todo ello se suma a la gran expectación de los habitantes de la localidad texana, que andan por las calles esperando encontrarse con algún famoso o, si es posible, con el propio presidente.