Enrique Ponce, acompañado por su mujer, Paloma Cuevas, ha sido nombrado académico en Córdoba
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Momento en que el presidente de la Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Artes Modernas, Joaquín Criado, coloca la medalla al diestro
3 NOVIEMBRE 2007
La ciudad de Córdoba ha querido rendir homenaje a Enrique Ponce. La Real Academia de Ciencias, Bellas Artes y Artes Modernas de la ciudad andaluza ha otorgado su máxima distinción al diestro y le ha nombrado académico. En el acto de entrega de la medalla, se pudo ver a Ponce junto a su mujer, Paloma Cuevas. La pareja vive uno de sus momentos más dulces, ya que están esperando su primer hijo.
En el Palacio de Congresos de Córdoba se dieron cita numerosos amigos de las pareja, compañeros de profesión de Enrique Ponce y un sinfín de personalidades de los mundos de la cultura y la política. No quisieron perderse la ocasión Miguel Báez, 'Litri' y su mujer Adriana Carolina Herrera. Entre los asistentes se encontraban Simoneta Gómez-Acebo, acompañada por su marido, Juan Miguel Fernández Sastrón y Genoveva Casanova, exmujer de Cayetano Martínez de Irujo, que acudió sóla. Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente de España Adolfo Suárez, Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana, y el escritor Albert Boadella también estuvieron presentes.
Un emotivo discurso
Enrique Ponce recibió la medalla que le otorga el título de académico de la mano del presidente de la Academia, Joaquín Criado. Este reconocimienton convierte al torero valenciano en el primer matador de toros académico de la Historia. Tras la imposición de la medalla, el diestro ofreció un discruso a los asistentes. Quiso comenzar su exposición nombrando a grandes personajes del mundo artístico que tomaron el toreo como tema de inspiración: Picasso, Hemingway o Goya.
El diestro comentó su forma de entender el toreo y destacó que para torear es necesaria una buena forma física. 'En cualquier actividad artística y muy especialmente en el toreo si no dominas la técnica, tu cuerpo está a merced del toro', explicó. Ponce confesó su amor por su profesión, 'una forma de vivir, de sentir, de ser, de respeto a los toreros y a quien todo te ha dado y todo de puede quitar, que es el toro'