El ex boxeador Pedro Carrasco falleció, a los 57 años, en su casa de Madrid, a causa de una parada cardiorrespiratoria cuando se encontraba solo en su domicilio familiar.
Su mujer, Raquel Mosquera, lo encontró muerto hacia las 16.30 horas de ayer, 27 de enero, en su piso del Paseo de la Habana, Madrid.
Según ha contado su esposa, Pedro Carrasco había quedado en llamarla por teléfono y viendo que éste no sólo no se había puesto en contacto con ella sino que, además, ni siquiera contestaba al teléfono, decidió acudir a su domicilio para ver qué estaba pasando.
Habían quedado a comer
Al parecer, Raquel Mosquera,-cada sábado acudr a su peluquería para trabajar media jornada- empezó a preocuparse cuando vió que las horas iban pasando sin que su marido, con el que había quedado en ir a comer, diera señales de vida. Nerviosa y desconcertada, Raquel cerró la peluquería un poco antes del horario acostumbrado, y corrió a casa en busca de su esposo.
Raquel, que lleva casada con el ex boxeador cinco años, se lo encontró muerto en la entrada de su domicilio pero, aún así y sin perder la esperanza de que, todavía, pudieran reanimarle, llamó inmediatamente al 061, el servicio de urgencias que le atendió en un primer momento.
Una crisis nerviosa
Una UVI móvil del Insalud se trasladó, de inmediato, al domicilio del matrimonio y, minutos después de su llegada, certificó la muerte de Carrasco. Al ver que ya nada se podía hacer por la vida de su marido, Raquel sufrió una crisis nerviosa y tuvo que ser atendida, también, por el personal médico allí presente.
Un familiar de Raquel Mosquera llamó a la hija de su marido, Rocío Carrasco, para comunicarle la triste noticia y ésta, a su vez, se puso en contacto con su madre, Rocío Jurado, que se encontraba en Barcelona por motivos de trabajo.
Sobre las nueve de la noche de ayer, minutos antes de que llegara al domicilio del matrimonio Carrasco el coche fúnebre que trasladaría el cadáver al tanatorio, una unidad de la UVI fue llamada, de nuevo, para asistir por segunda vez a la viuda que, conmocionada por la noticia, tiene graves problemas para respirar.
Pedro Carrasco se ha ido en un suspiro. Justo cuando él creía que iba a comenzar una nueva vida para el clan Jurado-Carrasco. Querido por todos -era un hombre bueno y discreto- y muy enamorado de su mujer, el Campeón dejó de respirar sin haber podido cumplir su última misión: tener, al menos, un hijo con Raquel Mosquera.
