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Sin duda el dolor de cabeza, conocido también como cefalea, es uno de los trastornos más comunes del sistema nervioso, y se convierte en el motivo de consulta más frecuente en neurología. “La cefalea, posiblemente, es uno de los síntomas médicos más frecuentes. La ha padecido el 80% de los hombres y hasta el 95% de las mujeres”, detalla el doctor Jesús Porta-Etessam, vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología y jefe de servicio de Neurología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Pero, ¿hay dolores de cabeza diferentes dependiendo del lugar en el que se manifiesten?

 

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Los dolores de cabeza más habituales

Lo primero que tenemos que tener en cuenta, tal y como nos explica el doctor Pablo Quiroga Subirana, especialista en Neurología y Neurofisiología Clínica en Almería, que presta sus servicios en el Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería y es miembro de Top Doctors, “es conveniente saber que los dolores de cabeza se clasifican como cefaleas primarias y secundarias”.

-Las cefaleas primarias son aquellas en las que no existe una causa estructural como un tumor u otra causa conocida que explique el dolor. “La cefalea es la propia enfermedad”, matiza al respecto el doctor Porta-Etessam. Dentro de estas las más importantes son la migraña, que afecta al 12% de la población; la cefalea tipo tensión, que puede llegar hasta al 60% y la cefalea en racimos, que es menos frecuente pero muy incapacitante (alrededor de 3 de cada 1.000 personas).

-En las cefaleas secundarias el dolor de cabeza no es más que el síntoma de otro problema, como la resaca o un golpe en la cabeza, o enfermedad, como por ejemplo puede ser la hipertensión arterial, las apneas del sueño o un tumor u otro motivo con el que podamos relacionar ese dolor de cabeza.

 

“Los dolores de cabeza más habituales son las cefaleas tensionales con una frecuencia de un 70% aproximadamente y las migrañas entre el 10 al 15%, aproximadamente. Luego están otros tipos de dolores de cabeza muchos menos frecuentes”, nos explica el doctor Quiroga.

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¿Influye la zona?

Como decíamos, nos preguntamos si podemos diferenciar el tipo de dolor de cabeza en función de la zona en la que sentimos las molestias, ¿es así? El especialista en Neurología y Neurofisiología Clínica sí que es de esta opinión.

-Por ejemplo, nos cuenta que “la cefalea tensional tiene característica de dolor opresivo, sensación de cargazón en toda la cabeza, o de localización en la zona frontal, temporal o en la zona occipitocervical. Además, en ocasiones se puede asociar a pinchazos u hormigueos en diferentes partes de la cabeza”.

-Mientras, la cefalea tipo migraña, o también conocida como jaqueca, tiene características de dolor pulsátil con sensación de batido o latido en una zona de la cabeza y puede ser alternante o ir cambiando de zona. “Además, el dolor se puede presentar en la zona de un ojo y luego en la cabeza, se suele acompañar con molestias o fobias a los ruidos conocido como sonofobia, molestias a la luz conocido como fotofobia, por lo que en muchas ocasiones obliga a quien la padece a encerrarse en una habitación oscura para poder descansar para conseguir controlar el dolor”, cuenta el doctor Quiroga.

 

Mientras, el vicepresidente de la SEN, matiza que es un elemento importante, pero sí que cuenta que, la migraña, por ejemplo, puede variar mucho en sus localizaciones. La de tipo tensión puede ser de toda la cabeza occipital o de ambos lados, pero se puede confundir con muchas otras cefaleas, y la de racimos sí que es siempre del mismo lado, habitualmente alrededor del ojo, pero otras patologías pueden doler así también. “Debemos analizar muchos datos, duración, tiempo de evolución, cualidad, desencadenantes, etc. para hacer un diagnóstico adecuado y poder tratar al paciente”, puntualiza.

 

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Distinta localización ¿distinta solución?

¿Las soluciones son distintas en función del tipo de dolor de cabeza que tengamos? “Sí, iría más lejos, según la persona que tenemos delante. En el siglo XXI hacemos un traje a medida de la persona que padece la cefalea. Primero, conocer el tipo de cefalea y asegurarnos que no es un cuadro grave y, posteriormente, diseñar un tratamiento pensando en la persona. Por ejemplo, en el caso de la migraña veremos la frecuencia, duración, intensidad de las crisis, si tiene vómitos o no, la edad, el trabajo, los hobbies, aspectos que no quiere perder, posibilidad de embarazo, deporte... y con el paciente decidiremos el tratamiento más adecuado”, cuenta el doctor Jesús Porta-Etessam.

“Es importante saber diferenciar el tipo de dolor de cabeza, ya que las soluciones o el tratamiento son diferentes. Es muy importante comprender que el tratamiento va a conllevar dos estrategias que se complementan: tratamientos sin fármacos y tratamiento con fármacos”, detalla por su parte el miembro de Top Doctors.

-El tratamiento sin fármaco conlleva la gestión de nuestro estilo de vida: una dieta saludable, la actividad física aeróbica moderada de forma periódica, la gestión del estrés y práctica de técnicas de relajación como el yoga, taichí … “Además, en mi consulta suelo decir, si tienes una china en el calzado y te duele, el tratamiento no son solo los analgésicos, tendrás que quitarte tu china para tener éxito con el tratamiento, caso contrario vamos a tratar con fármacos sin conseguir resultados”, sugiere el doctor Quiroga.

- Y el tratamiento con fármacos se realizará de forma individualizada según cada persona, teniendo en cuenta su situación personal, la edad, el sexo y qué otras enfermedades tiene.

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Dolores de cabeza que se cronifican

Hay, además, dolores que se convierten en crónicos. ¿Cuál es el plan de actuación en estos casos concretos? “En ambos casos, ya sea en las cefaleas tensionales o en las migrañas, la duración y la frecuencia del dolor es muy variable, pudiendo clasificarse en episódica cuando es ocasional o crónico cuando se tiene una frecuencia elevada con más de dos semanas al mes o casi a diario como en muchos casos. El plan en estos casos es visitar a un especialista como un neurólogo lo antes posible para estudiar su caso y planificar un tratamiento adecuado”, nos comenta el doctor del Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería, que matiza que hay que tener muy presente que la migraña está infradiagnósticada y se considera la sexta enfermedad más discapacitante cuando se cronifica según la OMS. Por tanto, es importante acudir a nuestro médico para una valoración adecuada.

 

“La cronificación de la migraña es un problema importante y no solo para al paciente, deberíamos considerarlo como sociedad, porque no solo va a afectar a la persona que la padece, sino a su entorno, familia, amigos, compañeros de trabajo… Va a limitar mucho al paciente, por lo que deberíamos intentar actuar antes de que se haga crónica con tratamientos preventivos. Una vez que es crónica, debemos analizar los factores que han podido facilitar la cronificación (por ejemplo, si el paciente no toma tratamientos adecuados para las crisis que han podido inducirla) y diseñar un tratamiento para esa persona teniendo en cuenta, además, si hay comorbilidad como problemas de sueño, ánimo bajo, cuadros de dolor miofascial y hacer una aproximación global en el manejo de la persona. Siempre sin olvidar que nuestro objetivo es que vuelva a hacer una vida normal y, por lo tanto, debemos tener cierta precaución con los efectos adversos de los tratamientos”, nos explica el médico del Hospital Clínico San Carlos.

 

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La migraña ¿afecta más a las mujeres?

“La migraña es una enfermedad poligénica. Se hereda a partir de varios genes que provienen del padre y la madre como la altura, que tiene una expresión que llamamos epigenética, es decir, hay factores externos que pueden facilitar que se manifieste. Dentro de estos factores, los cambios hormonales de la adolescencia hacen que sea más frecuente en las mujeres, llevando a un 18%, frente a un 7% en los hombres. La edad de inicio es entre los 15 y los 30 años y afecta en la época más productiva y cuando se lleva a cabo la toma de decisiones importantes en su vida, que es donde alcanza su máxima prevalencia, entre los 25 y los 40 años”, concluye el vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología.

 

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