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Los españoles consumimos el doble de cloruro sódico del que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS), que insiste en que lo ideal es no sobrepasar los cinco gramos al día, el equivalente a una cucharadita de café. La sal es un condimento que forma parte de la inmensa mayoría de nuestras comidas. Sin embargo, un consumo excesivo puede entrañar graves problemas para la salud. Este 'abuso' no solo se produce por la sal que nosotros mismos añadimos a los platos, sino también por la que contienen los productos que adquirimos en el supermercado. Las apariencias también engañan en el mundo de la nutrición y son muchos los alimentos que erróneamente pensamos que son saludables o que no aportan grandes cantidades de sodio. Además de contribuir a la hinchazón y retención de líquidos, un elevado consumo de sal está relacionado con enfermedades como la obesidad, la hipertensión o la esclerosis múltiple. ¡Toma nota y evita estos alimentos con grandes dosis de sal oculta!

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Mantequilla

La mantequilla o margarina son productos que no suelen faltar en nuestra nevera. Se utilizan frecuentemente para aderezar las tostadas del desayuno o para cocinar diferentes alimentos. Sin embargo, aunque la cantidad que solemos emplear suele ser pequeña, tienen un alto contenido en sal, unos 200 mg por cada 100 gramos. Reserva el consumo para ocasiones especiales y opta por productos saludables, como el aceite de oliva, para el día a día

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Embutidos

Otro de los alimentos más populares de nuestra despensa son los embutidos. Fáciles de utilizar, sabrosos y productos estrella para una comida rápida. Sin embargo, los especialistas advierten del flaco favor que estos hacen a nuestra la salud, principalmente porque son una bomba de sodio. Aunque no todos contienen el mismo porcentaje, todos los embutidos son ricos en sal, puesto que este componente es clave en el proceso de curado

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Pan

Si hay un alimento que no falta en las mesas españolas, ese es el pan. No obstante, no todas las versiones son válidas ni saludables. De media, este básico de nuestra gastronomía contiene un alto porcentaje de sal, aproximadamente 1,5 gramos por 100. Los especialistas recomiendan informarse, leyendo el etiquetado o preguntando en el mismo punto de venta, y moderar su consumo

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Sopas industriales

Al igual que la inmensa mayoría de productos procesados, las sopas también abusan del sodio. Aunque aparentemente es ligera y reconfortante, ideal para las cenas de invierno, la versión preparada de este plato tradicional supone pocas calorías, pero un gran aporte de sal. Opta siempre por la versión casera: sencilla, sabrosa y cargada de nutrientes

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Salsas preparadas

Lo mismo ocurre con las salsas preparadas. Son perfectas para aderezar nuestros platos, pero siempre se deben realizar en casa. Las salsas procesadas son 'peligrosas' y esconden un alarmante listado de ingredientes: calorías extra, grasas, azúcares y, por supuesto, sodio. No olvides mirar la composición nutricional del envase antes de incluirlo en el carro de la compra

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Conservas

Aunque alimentarse de conservas no es lo más sano del mundo, la inmensa mayoría optamos por este tipo de productos para los días en los que las prisas o la pereza nos ganan la partida. Además, pensamos que estos alimentos no son perjudiciales para nuestra salud. Sin embargo, hace falta leer la etiqueta ya que muchos de ellos, ya sean verduras, pescados o carnes, contienen altas cantidades de sal para poder conservar durante mucho tiempo el producto

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Bollería industrial

Que la bollería industrial debería estar desterrada de nuestra dieta no es ninguna novedad. Sin embargo, lo que muchos desconocen es el alto contenido en sodio que esconden estos productos, además de grasas, numerosos aditivos y un alto aporte calórico

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