Entre las recomendaciones para conseguir un cabello sano, el Dr. Vila-Rovira destaca:
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Cepillar el cabello a diario para eliminar posibles restos de pelos adheridos.
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Utilizar productos adecuados al tipo de cabello y necesidades y que estén respaldados por avales científicos y laboratorios con prestigio reconocido.
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Evitar los cosméticos de mala calidad que pueden debilitar y romper el tallo capilar. Un uso excesivo de estos productos también pueden dañar la capa grasa del cuero cabelludo.
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No utilizar cepillos con cerdas de extremos ásperos o peines con púas demasiado finas.
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Evitar los tirones y los peinados forzados.
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Aprender a manejar las situaciones de estrés.
“El pelo refleja en todo momento nuestro tipo de alimentación”, asegura el doctor. Por ello, una dieta equilibrada y variada es fundamental para aportar los nutrientes necesarios al cabello y evitar así su debilitamiento y caída. Algunos de los elementos que debemos consumir habitualmente son los siguientes:
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Hierro: es necesario para la síntesis de la hemoglobina y mioglobina. Está presente en espinadas, legumbres secas, yema de huevo, hígado, carnes rojas, ostras, salmón y atún.
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Cistina y metionina: aminoácidos esenciales en la estructura del pelo. Podemos encontrarlos en huevos, carne, lácteos y cereales integrales.
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Zinc y cobre: el déficit de estos minerales pueden provocar efluvios telógenos y dar lugar a la alopecia. Están presentes en mariscos y algunos pescados.
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Biotina: también conocida como vitamina H, B7 o B8, su déficit induce la caída del cabello. La encontramos en carnes y sobre todo en la yema de huevo.
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Vitaminas C y E: son antioxidantes y muy beneficiosos ya que el estrés oxidativo acelera la caída del cabello. Son fuentes de estas vitaminas las frutas, las verduras, aceites y frutos secos como nueces, avellanas y almendras.