¿Qué señales indican que estás reteniendo líquidos?

Hay que prestar atención a algunos signos, como la hinchazón de determinadas partes del cuerpo o la ganancia de peso sin motivo aparente

Por Pilar Hernán

Lo primero que tenemos que tener claro es a qué nos referimos cuando hablamos de retención de líquidos que, tal y como nos detalla la doctora Begoña Artola, médico de familia de We Doctor, “es la acumulación de fluido en el espacio que queda entre la piel y el resto de los componentes del cuerpo (órganos, músculos, vasos sanguíneos)". ¿Qué señales nos pueden alertar de que estamos reteniendo líquidos?

  • Sin duda, la forma más sencilla de darnos cuenta de que tenemos una retención de líquido es comprobar si aumenta el volumen de nuestro cuerpo o partes de él como, por ejemplo, una pierna o ambas. El edema en las piernas, esa hinchazón tan característica que hace que se inflamen los tobillos cuando antes no lo estaban, es una señal clara de la retención de líquidos. De hecho, las extremidades inferiores suelen ser las primeras partes del cuerpo que se ven afectadas por este problema.
  • Pero no solo se inflaman las piernas, sino que ese edema puede llegar a aparecer en el abdomen -que se inflama en exceso-, las manos o incluso en el rostro, destacando zonas como los pómulos o los párpados. La mayoría de las ocasiones es algo que se percibe a simple vista, pero también hay señales que indican este problema, como por ejemplo notar que los zapatos, nuestra ropa, los anillos o los relojes nos aprietan cuando antes no lo hacían.
  • Los pacientes con este problema pueden llegar a ganar peso sin motivo aparente, otro signo de alarma.
  • También se puede notar una disminución de la necesidad de orinar, entre otros. Y es que cuando el problema está en los riñones, estos no consiguen procesar bien los líquidos que hay en el cuerpo.

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¿Cuáles son las causas más habituales de que tengamos una retención de líquidos?

“Las causas de la retención de líquido son múltiples, siendo la más frecuente la insuficiencia venosa. Los pacientes que lo sufren suelen comentar pesadez de piernas y tobillos hinchados”, nos detalla la doctora. “En la mayoría de los pacientes, los edemas tienen causa idiopática (desconocida) o son por insuficiencia venosa. Algunos pacientes pueden tener retención de líquidos secundario debido a su enfermedad de base o puede ser un indicio de que algo no va bien en nuestro organismo. Dentro de las causas en relación a problemas más graves podemos encontrar: enfermedades cardiacas, hepáticas, nefrológicas, trombosis, infecciones, cáncer y la toma de fármacos, entre otros”, nos comenta la doctora Artola.

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La influencia de los hábitos

Nos planteamos si hay personas más propensas a padecer retención de líquidos. “Nuestros hábitos de vida están íntimamente relacionados. Por ejemplo, las personas que tienen una vida más sedentaria, aquellas que trabajan mucho tiempo de pie, las dietas ricas en sal… predisponen a sufrirlo. Por otro lado, hay personas que pueden nacer con alguna enfermedad o desarrollarla más adelante y que ésta también lo provoque”, nos comenta la doctora.

¿Cuándo deberíamos acudir al médico?

Es importante buscar la opinión de nuestro médico en el caso de que notemos que nuestras extremidades se hinchan. “La retención de líquido de forma generalizada, en miembros superiores, aumento de temperatura en la zona, el enrojecimiento, la fiebre, la dificultad respiratoria y el dolor son algunos de los signos a tomar en cuenta para solicitar atención médica”, nos explica la doctora.

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¿Cómo podemos combatir el problema de la retención de líquidos?

El objetivo, llegados a este punto, es tratar de evitar el problema. Tal y como nos detalla la doctora, con unas recomendaciones muy sencillas podemos evitar o mejorar la retención de líquido, siempre que su causa no sea ninguna de las enfermedades comentadas anteriormente, ya que estas necesitan un tratamiento específico. “Debemos evitar engordar, la vida sedentaria, estar de pie mucho tiempo y las prendas muy apretadas. Por otro lado, debemos fomentar la actividad física y una dieta equilibrada baja en sal. Por último, podemos ayudar al retorno venoso mediante unas medias de compresión, crema hidratante fría o duchas frías”, nos sugiere. La dieta tiene un papel importante, y es que una alimentación variada, equilibrada y baja en sal nos ayudará a mantener un peso adecuado y evitar la retención de líquidos.

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¿Y el ejercicio es un buen aliado?

“Como en la mayoría de las recomendaciones médicas, el ejercicio es muy beneficioso. No tiene por qué ser nada extraordinario, sólo con caminar estaremos favoreciendo el retorno venoso. Como hemos comentado antes, el sedentarismo no es buen compañero”, nos comenta la doctora, que añade que el consumo de plantas medicinales está ampliamente extendido para tratar este y otros problemas, pero tenemos que tener en cuenta que no son productos para todos los pacientes. “Éstos pueden agravar algunas enfermedades y/o provocar interacciones con tratamientos crónicos. Mi recomendación es acudir al médico para buscar la causa y recibir las recomendaciones y tratamiento adecuados para cada caso”, concluye.