Propiedades del jengibre y otras plantas medicinales

La medicina natural lleva más de 7000 años utilizando tallos, raíces y hojas para aliviar síntomas y prevenir enfermedades.

Por Laura Bech

Aunque se cree que el jengibre es originario de Oriente, en la actualidad su cultivo se ha expandido a la mayoría de tierras cultivables de los cinco continentes. Su sabor peculiar hace las delicias de la cocina asiática y con el paso de los años hemos aprendido a incorporarlo a nuestra alimentación, primero en productos ya elaborados, como las tradicionales galletas de jengibre y luego en su estado natural para preparar platos o infusiones. 

La medicina natural lo emplea para aliviar dolores musculares y de articulación y para esa molesta  e incómoda sensación de mareos y náuseas que producen algunos viajes o, incluso, para embarazadas. El jengibre es considerado un remedio eficaz capaz de aliviar problemas intestinales, tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas. Combinado con limón y miel alivia la tos y las irritaciones de garganta.

Pese a sus magníficos beneficios para la salud hay que tener en cuenta algunas precauciones. No conviene que lo consuman niños menores de 6 años y si estás embarazada o en período de lactancia los expertos recomiendan que lo consumas en dosis muy bajas y por periodos cortos. Un consumo alto de jengibre, dependiendo del organismo, puede ocasionar gastritis y en casos de úlcera gastroduodenal es mejor no consumirlo. Por tanto, no utilices el jengibre para problemas de salud sin antes consultarlo con un profesional. 

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¿Cuál es la mejor forma de consumir el jengibre?

El jengibre puede consumirse como raíz cruda o cocida y también en extracto. Los médicos aconsejan unos 2 gramos diarios si utilizas la raíz y unos 250 mg si es cápsulas o extracto. La raíz cruda tiene un sabor intenso, muy característico, que aporta vitaminas (B6 y C mayoritariamente) calcio, fósforo, potasio y magnesio. 

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Si consumes jengibre para evitar mareos, especialmente esos que se producen en viajes con rutas sinuosas, desniveles o en altura, se aconseja beber una taza infusionada de jengibre. Prepararla en muy fácil, coloca dos o tres rodajas de jengibre en una taza y vierte agua hirviendo, deja reposar la preparación y bébela antes del viaje. Puedes endulzar con miel o incluso agregarle manzanilla. Si prefieres el extracto, con 10 gotas diluidas en agua bastará. 

El jengibre es una raíz que puede combinarse muy bien con otros aromas y sabores. En zumos y batidos brinda saciedad y aporta vitaminas y minerales de una manera refrescante. También permite que lo ralles, con piel inclusive, y lo añadas a las ensaladas. 

Otras plantas que se utilizan en la medicina natural

Existe una gran cantidad de plantas que se utilizan en fitoterapia para aliviar síntomas y combatir algunas patologías. En ningún caso debería sustituir el tratamiento médico pero, si el médico lo aprueba y lo considera beneficioso, puede emplearse como un complemento. 
Cada planta tiene propiedades diferentes y su ingesta también difiere según la patología que se quiera tratar. 

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Por lo general, en la medicina natural, no se suele utilizar una planta entera, sino algunas partes concretas de esta. También es habitual que se recurra a varias plantas para tratar una misma sintomatología, al combinarse se aumentan las propiedades que ayudan a combatir la dolencia. Además, al utilizar varias plantas en un mismo compuesto, se disminuye el riesgo de adicción a una especie vegetal.

¿Cómo extraer mejor sus propiedades?

Existen distintos  métodos para obtener las propiedades de las plantas y utilizarlas de manera medicinal. La más frecuente y sencilla es la infusión, si tienes un recipiente especial para infusionar mucho mejor, si no cuentas con uno de ellos basta con que hierbas agua y la coloques en una taza con pequeños trocitos de la planta escogida. Hay que dejar reposar entre 10 y 15 minutos el preparado y ya está listo para beber. 

Otra opción es la llamada decocción, consiste en dejar que el agua hierva, añadirle la planta troceada y volver a llevar a ebullición. Dejar reposar 15 minutos y colar. Esta preparación es aconsejable para raíces y tallos. 

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