¿Es posible correr y meditar al mismo tiempo?

La respuesta es sí. Además ahorras tiempo y duplicas los beneficios, físicos y mentales, de estas actividades.

Por Laura Bech

Sí, correr y meditar al mismo tiempo es posible y además es una actividad que genera muchos beneficios. Siempre que estés siendo consciente del momento en el que te encuentras, estás meditando. Hay meditaciones más profundas o intensas como las que puedes hacer en sesiones grupales, individuales, guiadas o en la intimidad de tu casa.

Como sabes para meditar solemos ayudarnos de elementos que nos inducen a ese estado de calma y armonía necesario para conectar con nuestro Ser. Las velas, los cuencos, la música o los sahumerios se convierten en un canal transmisor y generador de bienestar. Cuando corremos, los beneficios físicos del deporte se suman a los beneficios emocionales y psíquicos de la meditación. 

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Por qué no tuvimos antes la idea de meditar y correr

Solemos pensar que son actividades opuestas, mientras que para hacer running ponemos en movimiento el cuerpo para meditar lo aquietamos. Es cierto, pero esa solo es una clase meditación. Obviamente no podemos correr con el cuerpo en reposo, pero si podemos hacerlo con la mente en estado de quietud. Este es el tipo de meditación al que nos referimos cuando hablamos de meditar y correr.

La atención plena, reduce el estrés y evita su aparición, pero también mejora nuestro sistema inmunológico y la salud en general. La práctica de deporte y la meditación elevan la autoestima y generan un bienestar general en las personas que lo practican. En algunos pacientes con depresión, correr y meditar, como complemento de una terapia psicológica dan como resultado un proceso que favorece la autoconfianza, disminuye la tristeza y restablece los niveles de alegría y esperanza.

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Los primeros pasos

Si quieres iniciarte en esta técnica nada mejor que comenzar por lo más elemental, la conciencia plena. 

Presta atención a todo el proceso: Puedes comenzar incluso antes de empezar a correr. Tu atención debe estar atenta a los estímulos, las reacciones, incluso lo dolores que tu cuerpo siente por el esfuerzo. Descubre el viento en la cara, las gotas de sudor que recorre tu rostro, el empuje de tu cuerpo hacía adelante y la velocidad. La cantidad de estímulos que puedes descubrir es muy amplia. Recuerda, a su vez, que estás corriendo y meditando, nunca dejes ese pensamiento de lado. ¿Si meditar es dejar de pensar, como voy a pensar mientras corro? La idea es que logres un poder de atención tan intenso y pleno que parezca un pensamiento. 

La música y los sonidos de la naturaleza: Si mientras corres te dispersas con facilidad puedes ayudarte con música relajante. Los sonidos de la naturaleza o las melodías de cuencos tibetanos funcionan como un nexo comunicador y también de concentración. Recuerda que para una meditación profunda debes trabajar la respiración y mantener una inhalación y exhalación constante.

Elige un mantra y un punto de mira: Otra posibilidad que puede ayudarte a meditar mientras corres es el de repetir un mantra. Los mantras trazan nuevos caminos mentales, por lo que con su repetición, entre 15 y 20 veces, estás construyendo un nuevo mapa neuronal. Si reparar en todo lo que implica tu presencia en se sitio y te resulta muy difícil centrarte en la actividad, puedes determinar un punto fijo y correr solamente mirando y pensando en él. Con el paso del tiempo ya no pensarás en ese punto que te has trazado, sino que sólo mantendrás la vista fija en él y dejarás surgir tu flujo de conciencia. 

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