Es algo frecuente que, después de correr durante mucho tiempo por el mismo circuito, comiences a notar algo de aburrimiento. Con pequeños cambios tu entrenamiento podrá volver a ser ese momento especial del día que dedicabas a ti y te llenaba de energía.
Siempre que corras al aire libre hay cambios que pueden ayudarte a experimentar las sensaciones de cuando te iniciaste en el running. Si corres en la cinta, hay menos posibilidades, aunque muchos de estos trucos seguro te ayudan.
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Correr con otra persona
Correr acompañado es un manera de distraerte pero también una posibilidad de disminuir el rendimiento. Hacerlo con una amiga es más divertido siempre que os pongáis de acuerdo en mantener unos mínimos que a las dos os interese. Que la meta no sea inferior a lo que vienes haciendo en solitario. Recuerda que si, corres con otra persona, es para motivarte y eso debe llevarte a superar tus propios límites no a bajarlos.
Otra opción, si quieres hacerlo de manera más profesional, es apuntarte a clubes o grupos de corredores. Suelen tener días y horarios fijos y cuentan con un monitor o profesor que guía y asesora. Los hay mixtos y de mujeres, según cuál sea tu objetivo, correr con compañeras puede ser un cambio de hábito muy saludable, incluso si eres novata y quieres experimentar.
Contar con un entrenador personal no es exactamente hacerlo con un amigo, pero puedes sacarle mucho provecho. Especialmente si estás en un momento en el que te cuesta motivarte para hacer running. Los entrenadores son una especie de consciencia que te recuerdan, permanentemente, lo que tienes que hacer y cómo. Si corres por placer, sin entrenarte para ninguna carrera específica, no es la mejor opción. Si por el contrario tienes una meta cercana, contratarlo por un breve tiempo es probable que te ayude mucho en el rendimiento.
Define los objetivos que quieres alcanzar
Con este propósito buscamos motivarnos en el entrenamiento del día y a futuro. Para que salir a correr no te aburra, puedes proponerte pequeños retos. Alcanzar un punto (puede ser un árbol, una farola, lo que quieras) en una cantidad de segundos o minutos determinada. Tu mente juega un papel fundamental cuando haces esta actividad. Correr hasta punto fijo a cierta intensidad hace que te concentres en esa meta y olvides el aburrimiento.
Los objetivos a medio plazo sirven para no sentirte frustrada en el camino. Es el momento para agregar tiempo o subir el ritmo. Lo ideal es que, cuando quieras pasar a la siguiente fase de entrenamiento, busques metas intermedias. Suma metros, minutos, algo que represente un desafío y que te obligue a modificar lo que venías haciendo.
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Los objetivos a largo plazo son igual de importante y estimulantes, busca un desafío por el que comenzar. Una carrera de pocos kilómetros, perder peso o llevar una vida activa. Una posibilidad es que subas o disminuyas la intensidad del trote según la música que suene en tu playlist. Puedes preparar una para cada día de la semana y agregar canciones de ritmos variados sabiendo que estará relacionada con tu ejercicio.
3 mini consejos para que los utilices hoy mismo
Cuando corras mira al frente, no te distraigas con nada de tu alrededor y solo concentrate en lo que sucede delante de ti. Escuchar música, no siempre la misma, cambia mucho la rutina de entrenamiento.
Prueba el mismo recorrido pero en el sentido contrario. Probablemente hayas visto a otros deportistas haciéndolo, es una manera de cambiar el punto de enfoque del espacio. Puedes alterar un día cada uno. Otra posibilidad es probar con un circuito diferente, estudia con anterioridad el camino para evitar inconvenientes y lánzate a la aventura de descubrir nuevas rutas.
Cambia de superficie, la variedad aleja al aburrimiento. No es necesario que lo pruebes a diario, basta con una vez por semana para sacudir un poco la monotonía.
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