'Running'

Correr en familia, detalles y trucos a tener en cuenta

Practicar actividades con los niños fomenta los buenos hábitos y la confianza. Puedes comenzar en cualquier momento teniendo en cuenta estas recomendaciones.

Por Laura Bech

Buscar actividades en invierno para hacer en familia es un poco más difícil que en verano, no obstante, esta época del año permite planificar algunas opciones como correr, hacer senderismo o caminar en familia.

Si estás pensando en comenzar a entrenar con tus hijos es importante que todo el grupo familiar comprenda que, con menores de 12 años, el running debe ser una actividad recreativa. Los pediatras aconsejan que los pequeños hasta los  5 años corran con sus padres pero de manera sencilla, es decir que no lo hagan con una metodología y el rigor con el que pueden estar haciéndolo los adultos. Para ello será fundamental que adecues tu ritmo de entrenamiento al del niño. 

Toda actividad física que realice un menor debe ser considerada una práctica provechosa pero no un entrenamiento. Recién durante la adolescencia pueden incorporar rutinas físicas relacionadas con el deporte. De hacerlo de una manera obligatoria y exigente antes de tiempo sería un riesgo, su organismo no está aún preparado para la resistencia física que algunos ejercicios requieren.

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Tiempos cortos en distancias cortas

Para que el niño no se vea obligado a seguir el ritmo de los adultos es importante establecer algunas prioridades. Correr en familia es, además de un momento de diversión, una práctica educativa. No se debe forzar a los niños a recorrer las mismas distancias y durante la misma cantidad de tiempo que lo hacen los mayores. Hasta los 5 años, la estructura ósea no está desarrolla por completo, por lo tanto una caída podría provocar una lesión severa en el pequeño.

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Cuando te ejercites es aconsejable buscar circuitos adaptados para ellos, un parque o un espacio abierto, en el que incluso puedan usar bicicletas o patinetes. La capacidad de atención en los pequeños es menor que la de los adultos. No te sorprenderá que a los poco minutos de haber comenzado a correr tu hijo ya esté aburrido. Para ti entrenar es parte de un objetivo, pero para ellos es algo divertido que hacen con mamá. 

Los expertos recomiendan que los niños no corran más de 1 km seguido. Mejor aún si pueden hacer paradas cada 50 o 100 metros. Aquí no hay competencia alguna y el ritmo lo marcarán ellos. 

Bebés corredores

Cada vez es más frecuente ver familias corriendo con el cochecito de bebé. Esta práctica es diferente porque la exigencia física es del adulto y no del pequeño. Sin embargo es un hábito sumamente beneficioso para ellos porque incorpora la vida al aire libre y el ejercicio como modo de vida.  

Hasta los 16 años las reservas de glucosa en el organismo son bajas por eso el cansancio aparece antes. No es una cuestión de pereza o falta de voluntad el desgaste físico se produce antes en ellos de manera natural.

Otro aspecto importante para tener en cuenta es la resistencia muscular. Exigirles cierto entrenamiento puede provocar lesiones y dolores. Si esto sucede los niños perderán las ganas de correr e instalar el hábito de una vida saludable será más complejo. 

El ejercicio físico de ese tipo no está indicado para niños con asma, arritmias o problemas bronquiales. El pediatra será quien pueda asesorarte sobre qué deporte os conviene practicar como familia.

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Ventajas para los más pequeños

Está comprobado que los hábitos sedentarios comienzan a transmitirse desde los primeros meses de vida. Un niño que practica ejercicio de manera habitual es mucho menos propenso a llevar una vida sedentaria durante la edad adulta. 

Para que esto se mantenga en el tiempo es importante que esa actividad sea concebida como un juego y no una obligación. Correr mejora el control de la glucosa y ayuda a fortalecer los huesos, siempre que los menores lo practican de forma moderada. Un estudio publicado recientemente por la Biblioteca de Medicina de los Estados Unidos asegura que la incorporación de actividades deportivas desde temprana edad ayuda  al mantenimiento del peso y a prevenir  la obesidad durante la etapa adulta. Los hábitos alimenticios, que probablemente incorpores si sales a correr en familia, también colaborarán con el estilo de vida saludable que lleve tu hijo en un futuro.

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