Medio ambiente

El papel higiénico es cada vez menos sostenible

Este producto de uso habitual en nuestros hogares se hace cada vez menos sostenible porque ya no lo encontramos en la versión reciclada, y su fabricación implica una tala de árboles excesiva e innecesaria.

Por Cristina Soria

Definitivamente hemos ampliado el campo de mirada y ya no nos fijamos solo en el mero hecho de separar la basura y llevarla al contenedor adecuado cuando pensamos en el cuidado del medio ambiente. Ahora somos cada vez más conscientes de lo importante que es nuestro papel como consumidores y de la responsabilidad que conlleva cada elección que hacemos a la hora de hacer la compra.

Durante mucho tiempo hemos puesto el foco de atención en evitar el consumo de plásticos de un solo uso, porque es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el planeta en términos de contaminación. Pero ahora sabemos que no podemos quedarnos solo ahí, que es mucho más lo que tenemos que hacer y que cada pequeño grano de arena tiene una importancia decisiva a la hora de frenar la crisis climática.

Ahora salta a la palestra el uso del papel higiénico, algo cuyo uso, además diario, no podríamos cuestionar. Pero resulta que su fabricación y consumo está ya en el punto de mira de colectivos como Greenpeace y de otras ONG, como la británica Ethical Consumer. Esta última ha publicado recientemente un estudio exhaustivo sobre este tema con unas conclusiones que hacen que nos replanteemos la forma en la que consumimos este tipo de papel.

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El origen del papel está en los bosques

Greenpeace ya avisaba en 2017 de cómo selvas como la del norte de Suecia estaban amenazadas por el consumo de papel higiénico de alta calidad. La media por persona es de 81 rollos anuales, y no solo eso, sino que ha aumentado el consumo de un papel higiénico que podríamos denominar “premium”, con papel de alta calidad y de hasta cuatro capas por rollo, en lugar de una doble que sería suficiente.

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Este empeño de llenar nuestro cuarto de baño con un papel acolchado y suave exige la obtención de pulpa virgen de los árboles que pueblan nuestros bosques, lo que supone una gran amenaza para ellos y para la biodiversidad que contienen.

Además de ser esta una tendencia de consumo, lo cierto es que desde hace años cada vez resulta más difícil encontrar papel higiénico reciclado en los supermercados, de hecho es casi imposible. Esto es un gran error, porque pocos productos como este tipo de papel son tan idóneos para fabricarse mediante un proceso de reciclaje. Pero, según un estudio realizado en España por Renova, como consumidores tenemos puesta toda nuestra atención en reducir el consumo de plástico y se ha desplazado el interés por el papel que había hace unos años.

Pero, como decíamos al principio, es hora de ampliar nuestra mirada y descubrir qué aspectos de nuestro día a día podemos modificar para aportar nuestro granito de arena en esta lucha por frenar el desastre ecológico en el que nos encontramos.

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¿Qué podemos hacer?

Aunque no es fácil encontrarlo, busca en comercios alternativos papel higiénico reciclado. Hay tiendas ecológicas que lo tienen y también puedes comprarlo online. Si no, asegúrate de comprar un papel que tenga el sello FSC, que indica que está fabricado con fibras de bambú, una opción más sostenible que no implica la tala de árboles.

Entre todas las opciones, además, evita los papeles más blancos, porque han sido tratados con productos clorados y lejía, que resultan muy contaminantes. Y, por último, busca que esté envuelto en papel o que se pueda comprar a granel, y así evitarás el consumo innecesario de plástico, sobre todo en un producto como este que es de usar y tirar.

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