'Coaching'

'Soy como soy' y otras frases que no te permiten evolucionar como persona

Detecta qué tipo de frases están impidiéndote crecer como persona y destiérralas lo antes posible de tu vocabulario.

Por Cristina Soria

La forma en la que hablamos nos define más de lo que pensamos. De hecho, es un reflejo de nuestra personalidad y puede ser también una forma de ver cómo nos movemos por la vida.
Existen expresiones, frases hechas, aparentemente inofensivas que circulan por nuestro idioma con total comodidad, pero que en realidad nos resultan tóxicas y nos impiden evolucionar y crecer como de verdad nos gustaría.

Soy como soy

Esto en principio es cierto, eres como eres. Pero eso no significa que no puedas cambiar. Pensar lo contrario es en realidad una actitud cómoda ante la vida y ante nosotros mismos que no termina por compensar. El conformismo y la autocomplacencia no terminan por llevarnos allí donde de verdad queremos llegar.

Es muy importante distinguir entre nuestra identidad, lo que realmente somos, y nuestro comportamiento. Es este último el que se puede cambiar, porque se mueve dentro de la temporalidad. Cualquier comportamiento al que nos lleve un estado de enfado o de tristeza no solo pasará, sino que si somos conscientes de en qué grado nos afecta podremos aprender a gestionarlo de la mejor manera posible para nosotros.

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La culpa es de…

Puedes rellenar los puntos suspensivos con lo que quieras: lo que me pasó en la infancia, mi madre, mi pareja, mi jefe o la crisis. Y es posible que en ocasiones sea cierto. Pero no podemos eludir responsabilidades y cargarlas sobre otras personas o situaciones, ya sean del presente o del pasado.

Es importante, tanto a la hora de evitar futuros errores como de solventar con positividad los presentes, saber reconocer cuál es nuestra parte de responsabilidad en cada acto que realizamos. Conseguirlo, y dejar de atribuir nuestros actos y comportamientos a los demás es una manera maravillosa de crecer.

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Esto es lo normal

El término “normal”, que parece ser muchas veces la medida de lo que está bien y lo que no, puede convertirse en una trampa que nos impida crecer y disfrutar de lo que tenemos alrededor. Es un concepto que utilizamos de manera indiscriminada, pero que realmente no sabríamos definir con facilidad, y al que se le han añadido unas connotaciones que pueden resultar peligrosas.

La idea de normalidad es completamente subjetiva y varía a lo largo del timepo., y lo que para ti es normal puede que para tu vecino no lo sea. Y aceptar la diversidad de criterios y no encerrarnos solo en nuestras ideas es lo que realmente enriquece nuestras vidas, nos permite descubrir otras perspectivas y hace que nuestra manera de relacionarnos con lo que nos rodea sea más completa.

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Eso me lo sé

Al llegar a cierta edad, a veces por la propia presión de la vida adulta, asumimos que sabemos todo, o casi todo. Y pocas cosas nos limitan tanto como pensar que podemos dejar de aprender. Pero la vida está diseñada para que aprendamos de cualquier situación, problema o persona. Es cuestión de abrir la mente y dejar atrás la idea que ya lo sabemos todo. Aprender, sea de la forma que sea, es uno de los mayores regalos que nos podemos hacer.

Siempre se hizo así

Esta frase lleva implícita una enorme limitación sobre nuestra vida. Y, además, es una afirmación completamente falsa, porque si todo el mundo pensase así no habríamos evolucionado nada (pero nada de nada). 

El peligro de esta frase es que a veces no la reservamos solo para los grandes asuntos, sino que podemos utilizarla en situaciones cotidianas. Por ejemplo, diciendo que solo hay una manera de hacer el arroz con pollo, de organizar un escritorio o de conseguir cualquier objetivo personal. Abandona esta frase cuanto antes de tu repertorio, porque es de las que más te impide crecer en cualquier ámbito de la vida.

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