Estos son los efectos del calor sobre nuestro organismo y así puedes combatirlos

Puede suponer un riesgo para la salud, especialmente, de los más vulnerables como ancianos, bebés y enfermos crónicos. Estos consejos aliviarán la hipertermia

Dr. Eduardo Junco


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Los humanos tenemos un organismo homeotermo, es decir, somos de sangre caliente, y mantenemos una temperatura constante e independiente de la exterior. Los 37ºC es la temperatura interna de nuestro organismo y son múltiples las funciones nerviosas, hormonales y metabólicas que intervienen en mantenerla constante sin variaciones. Solo se altera cuando estamos enfermos, por una infección o cuando los mecanismos para regularla no pueden superar el calor en el ambiente exterior.

Y es que el calor intenso perjudica nuestro organismo de diversas formas y afecta, sobre todo, a los mecanismos biológicos necesarios para mantener la temperatura corporal dentro de límites normales. Uno de los más importantes es el aumento de la pérdida de agua a través de la sudoración.

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Cómo afecta el calor al organismo

El sistema más eficaz que tiene nuestro cuerpo para bajar la temperatura corporal es la producción de sudor. Las glándulas sudoríparas que se encuentran distribuidas en toda la superficie corporal, aunque son más abundantes en los pliegues cutáneos y en la frente, son las encargadas de producir el sudor, que al evaporarse la absorbe el calor de la piel y la enfría.

Aun así el calor intenso produce los siguientes efectos:

  • Adinamia (ausencia de fuerza física)
  • Cansancio
  • Decaimiento
  • Pérdida aumentada de agua y electrolitos a través del sudor
  • Hipotensión por vasodilatación periférica
  • Calambres musculares
  • Estrés
  • Edemas en las extremidades 

Cuando el calor es muy fuerte y los mecanismos orgánicos de regulación de la temperatura fallan se produce un desvanecimiento o síncope. En el caso más grave se puede llegar al golpe de calor, cuadro neurológico y metabólico con hipertermia (aumento de la temperatura) extrema que precisa de atención médica urgente y cualificada.

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A más calor, más agua

Las necesidades totales de agua (bebidas y alimentos) en condiciones ambientales normales se encuentran entre lo 35 a 40 cc por kilogramo de peso y día, es decir, una cantidad cercana a los tres litros diarios para una persona que pese entre 70 y 80 kilos. En verano, sobre todo, en las olas de calor cuando las temperaturas son elevadas, estas necesidades pueden aumentar hasta en un 25%.

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Los más vulnerables frente al calor

Los grupos de población más vulnerables y a los que hay que prestar más atención son los ancianos, por su dificultad para sentir la sensación de sed; los niños, porque todavía no han madurado los mecanismos de regulación del calor y, además, no son autónomos, y los deportistas, por las elevadas pérdidas de agua y electrolitos a través del sudor.

Asimismo, cualquier enfermedad crónica se puede ver seriamente afectada por el calor extremo. No olvidemos que las olas de calor aumentan de forma notable la mortalidad en pacientes con enfermedades graves. Enfermos cardiacos, pulmonares, obesos, diabéticos, enfermos renales, etc., pueden descompensarse o alterarse sus constantes vitales, por lo que debe extremar las precauciones.

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Cómo comportarse en una ola de calor

  • Utilizar las horas extremas del día, amanecer y atardecer para realizar actividades que precisen de trabajo físico.
  • Limitar la actividad física en las horas de más calor.
  • Alimentarse con alimentos con alto contenido en agua, frutas y verduras.
  • Evitar alimentos calientes y pesados de digerir.
  • Consultar con vuestro medico si tomáis algún medicamento.
  • Mantenerse en lugares en penumbra, a ser posible con aire acondicionado

Además:

  • En días muy calurosos bebe más de dos litros de agua por día, bebe pocas cantidades pero frecuentes aunque no tengas sed.
  • Evita el consumo de bebidas alcohólicas.
  • Usa ropa ligera y transpirable.
  • Al aire libre protégete del sol con sombrilla, gafas y gorro.
  • Los aerosoles, las compresas frías, el agua pulverizada o las duchas frías refrescan la piel y bajan la temperatura corporal.
  • Protégete del sol y mantente en ambientes sombreados, frescos y ventilados.

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