Aunque se haga el distraído, la ciencia sabe que tu gato conoce su nombre

Tienen fama de independientes e inteligentes, y así lo demuestra un estudio realizado en Tokio, que asegura que son capaces de reconocer su nombre, aunque decidan ignorarte.

Por Cristina Soria

Los gatos tienen fama de astutos e inteligentes, hasta el punto de que en ocasiones percibimos que nos ignoran de manera deliberada, no porque no sepan que les estamos hablando, sino porque no les interesa hacernos caso. Sobre ellos y su comportamiento se investiga de manera constante, tanto por su cercanía con los humanos al ser un animal de compañía, como por el interés que por sí mismos despiertan. 

Porque, hay que admitirlo, son adorables y nos encanta saber cosas de ellos. Por ejemplo, que los gatos solo maúllan para comunicarse con los humanos, que su memoria a largo plazo es mayor que la de los perros, que no hay dos narices de gato iguales, o que su capacidad auditiva es tres veces superior a la nuestra. Sin embargo, cada cosa nueva que conocemos de ellos, a pesar de aumentar la información que obtenemos de su comportamiento, parece que también aumenta la idea de que son unos animales únicos y enigmáticos. 

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Los gatos reconocen su nombre cuando les llamamos

Uno de los descubrimientos más llamativos que se ha realizado sobre los gatos últimamente es que son capaces de reconocer tanto la voz de su dueño como su nombre. Así lo concluía un estudio realizado por la Universidad de Japón (país cuya cultura es amante de los gatos), cuyas conclusiones fueron publicadas en el diario británico Independent.

La investigación consistió en analizar el comportamiento de 20 gatos domésticos y sus reacciones al escuchar las voces de sus dueños. Cuando estos no estaban cerca, se activaron grabaciones de voces humanas para que los gatos las escucharan, tres de personas desconocidas para ellos y una de su dueño. El análisis de las reacciones abarcaba los movimientos de orejas, cabeza y cola, además de su desplazamiento, la emisión de sonidos y la dilatación de los ojos.

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Solo cuando los gatos escuchaban las voces de sus dueños se producían unas reacciones de reconocimiento visibles, mientras que en el resto de casos la pasividad por parte de los felinos era total. 

Más recientemente, se ha realizado otro estudio, esta vez analizando el comportamiento de 78 gatos, para ver si además de la voz eran capaces de reconocer cuándo se les llamaba por su nombre. En esta ocasión, se comprobó que los gatos domésticos eran capaces de reconocer y reaccionar al oír su nombre, incluso cuando se pronunciaba mezclado con otros sustantivos.

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Nos entienden, pero nos ignoran

Una cosa es que los gatos reconozcan e identifiquen cuando su dueño les llama, y otra muy distinta es que reaccionen de manera positiva y atenta como haría un perro. Si tienes un gato en casa ya habrás comprobado que, por mucho que le llames, no va a acudir a tu encuentro disponible y solícito.

La explicación que se encuentra a esta actitud es que los gatos son unos animales cuyo pasado es más salvaje e independiente que el de los perros, y que nunca han sentido la necesidad de obedecer a los humanos para conseguir alimento. Tampoco se ha intentado domesticar a ambos animales del mismo modo: se adiestra a los perros, pero no a los gatos. Así que estos últimos se han domesticado a sí mismos sin necesidad de seguir unas pautas fijas de dependencia con sus dueños.

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