¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando bebes una bebida energética?

Son ricas en cafeína y te despiertan más que un café. Pero beberlas tiene sus consecuencias en el organismo. Si quieres saber qué le pasa a tu cuerpo cuando las tomas, sigue leyendo

Dr. Eduardo Junco


Colabora desde hace más de 20 años en la revista ¡HOLA! con artículos de divulgación y actualidad​ médica. ​En esta pequeña sección encontrarás información sobre todos los temas que afectan a nuestra salud y bienestar diarios​. Y todo ello contado con un estilo ameno, didáctico y profesional.​

Seguro que las habrás tomado para seguir estudiando un examen, presentar un proyecto en el trabajo, conducir de noche o, incluso, hay gente que las ha mezclado con alcohol para aguantar más en una fiesta. Las bebidas energéticas son, desde luego, un recurso para mantenerse despierto muy utilizado desde que se lanzaron en 1997. En la actualidad, hay infinidad de marcas que las comercializan pero, en definitiva, no dejan de ser lo mismo: un cóctel de azúcar, cafeína y otros ingredientes que va directo a tu sangre. El doctor Eduardo Junco te explica cuál es su composición y qué le pasa a tu organismo cuando tomas uno de estos preparados.

¿Qué son las bebidas energéticas?

Se conocen como bebidas energéticas a los productos envasados y comercializados que contienen diversas sustancias estimulantes, energizantes y antifatiga. Su objetivo es aportar lo necesario al organismo para disminuir la sensación de agotamiento y de cansancio, aumentar la vitalidad y la capacidad mental, combatir el sueño y mantener el estado de alerta.

Es muy importante saber que en ningún caso son refrescos ni bebidas rehidratantes y que, aunque a nivel comercial se encuentran en los mismos compartimentos que estas, las bebidas energéticas no se deben utilizar como las isotónicas para rehidratarse, ni utilizarse como un refresco normal o una naranjada para refrescarse.

Aunque la oferta actual es elevadísima y existen múltiples marcas, su presencia en el mercado occidental es muy reciente. Se lanzó la primera en los años 90 y, desde entonces, su composición ha variado ligeramente.

- Relacionado: Bebidas energéticas y enfermedad cardiovascular

Fundamentos

Estas bebidas, que tienen más tradición en otras culturas, se comenzaron a fabricar para satisfacer las necesidades de un grupo de consumidores que necesitaban, en determinadas circunstancias, mantener un nivel elevado de disponibilidad, de reacción y de vigilia, así como disminuir  o aliviar la sensación de cansancio y de fatiga. Es decir, profesiones tales como conductores, vigilantes nocturnos, estudiantes, así como todas aquellas que necesitan realizar, de forma puntual, un sobreesfuerzo, se beneficiaron de estos productos.

Sin embargo, con el tiempo, su consumo se ha generalizado entre la juventud para el disfrute nocturno, en las horas de ocio, para aumentar la resistencia ante el cansancio, combatir el sueño y prolongar el tiempo de actividad física, sin sentir la fatiga.

Composición nutricional

Están compuestas, básicamente, por agua, azúcares (hidratos de carbono) cafeína, vitaminas, aminoácidos, sustancias naturales y orgánicas estimulantes y saborizantes. Aportan una media de 60 calorías por cada 100 centilitros (cc) siendo los dos componentes más activos, los azúcares, que aportan energía, y la cafeína, que alivia la fatiga y estimula el sistema nervioso central.

Los azúcares son los encargados de aportar energía a estas bebidas. Glucosa, sacarosa, dextrinomaltosa o galactosa son otros nombres que recibe el azúcar, que se absorben de forma rápida que y que, por tanto, pueden aumentar de forma rápida el nivel de glucosa en sangre. Hay unos 15 gramos (gr) por cada 100 cc de estos ingredientes.

Respecto a la cafeína, el componente estrella de estas bebidas, es un sustancia estimulante procedente del café que tiene unos efectos muy marcados sobre el sistema nervioso central. Asimismo, tiene distintas funciones, entre las que destacan:

  • Aumento del rendimiento físico e intelectual.
  • Aumento de la resistencia ante el ejercicio
  • Incremento de la utilización de las grasas como fuente de energía. 
  • Aumenta la sensación de bienestar.
  • Disminuye el sueño.
  • Alivia la sensación de agotamiento y fatiga.

La cantidad de cafeína, aunque puede variar según las marcas, se encuentra alrededor de 30 miligramos (mg) por cada 100 cc (centímetros cúbicos). 

Las sustancias de origen natural presentes, con frecuencia, en estas bebidas son: hojas de hierba mate, extractos de semillas de guaraná, nueces de cola y ginseng. Todas ellas son sustancias de origen natural, estimulantes, que potencian la acción de la cafeína o que la sustituyen en sus funciones.

Los aminoácidos más utilizados y que destacan en su composición suelen ser la taurina, la creatina y la L-carnitina. Tienen como principal actividad el almacenamiento de glucógeno en los músculos durante la recuperación y la estimulación del uso de las grasas como fuente de energía durante el ejercicio, para retrasar la fatiga.

Las vitaminas y minerales están presentes en escasa cantidad. La vitamina C y las vitaminas del complejo B son las más utilizadas.

- Relacionado: Alimentos que engordan más de lo que pensabas

Consumo

El consumo de estas bebidas debe ser prudente, pues su abuso puede ocasionar, en determinadas personas, efectos perjudiciales para la salud.  Las cantidades excesivas se deben cuantificar en relación a la cafeína. Una dosis de cafeína superior a los 300 mg puede dar lugar a intoxicación aguda, arritmias cardiacas, así como irritabilidad, agitación psicomotriz, nerviosismo, inquietud e insomnio.

Asimismo, las bebidas energéticas deben ser tomadas con precaución por personas que tengan alteraciones de salud, tales como hipertensión, problemas cardiacos o diabetes, puesto que pueden elevar la tensión arterial, aumentan la excitación e incrementar, de forma rápida, las cifras de glucosa en la sangre.

Qué indican las etiquetas

Los consumidores debemos tener suficiente información para tomar este tipo de bebidas energéticas y fijarnos en la información nutricional del envase.

  • Es conveniente leer las etiquetas para conocer su composición.
  • Si padeces alguna alteración, infórmate si puede generarte algún peligro para tu salud.
  • Si estás bajo tratamiento con alguna medicación, comprueba que no interfiera su composición en la acción terapéutica.
  • Recuerda que están indicadas como complemento para aliviar el cansancio, la fatiga y mantener una buena actividad física e intelectual y que no son, ni un refresco ni una bebida rehidratante.

Precauciones

No todas las bebidas energéticas son iguales y, por lo tanto, hay que estar informados de la composición de cada marca y para qué situaciones se recomiendan, pues sus efectos son acordes a su contenido. Hay que tener muy claro qué contienen, para qué sirven, y cuáles son sus efectos.

El abuso, además, puede contribuir a la ganancia de peso y causar importantes trastornos, por su alto contenido en cafeína y otras sustancias estimulantes.  La mezcla con otras bebidas, sobre todo, con las alcohólicas está absolutamente desaconsejada.

- Relacionado: La cafeína 'escondida' en la dieta de los niños

Más sobre: