El pienso seco es la comida más generalizada para los perros domésticos. Se trata de un alimento ultra procesado, un compactado deshidratado de carne que, según las marcas, aporta todas las proteínas que necesitan nuestras mascotas. Sin embargo, no existen estudios independientes que arrojen luz sobre el tipo de materia prima con la que están elaborados estos piensos.
Dado que la normativa sobre alimentación animal es mucho más permisiva que la humana a la hora de autorizar etiquetados poco concretos, todas las marcas de piensos para perros hacen referencia a que están elaborados con carne de procedencia animal y natural, pero en rarísimos casos se detalla su procedencia.
Lo cierto es que la mayoría de esta carne es de los desperdicios menos interesantes. La materia de la que procede el pienso viene realmente de ojos y huesos de ternera, cordero y pollo, plumas, vísceras y pieles. Esto hace que la proteína que consumen los perros mediante estos piensos no sea de una gran calidad.
Además, se trata de un pienso seco porque los alimentos hidratados tienen un coste superior, dado que su caducidad, transporte y almacenamiento precisa de mayores controles y requieren un desarrollo más complejo.
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¿Tú comerías siempre alimentos ultraprocesados?
Si sabes que tú no deberías basar el 100% de tu alimentación en productos ultraprocesados, probablemente no te cueste imaginar que tampoco tu perro está feliz comiendo solo pienso seco.
De hecho, una de las principales causas de muerte de los perros domésticos es el cáncer, y en cierta medida esta situación se debe a su alimentación. Por esta cuestión es muy aconsejable alternar los piensos secos con otros alimentos frescos e hidratados, y que aporten a tu mascota equilibrio y variedad.
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Comida de verdad, cocinada y empaquetada
Existen productos alimenticios para perros que se basan en alimentos naturales, casi de la misma forma que si fueran platos preparados para seres humanos. Este es el caso de Naku, una marca española que produce paquetes de comida que se asemeja mucho a lo que nosotros podríamos comer por su frescura y variedad: con pollo, pescado blanco, cerdo, arroz, verduras y hortalizas.
En este caso, los etiquetados sí son completamente transparentes y aportan toda la información sobre la procedencia de sus ingredientes, además de tablas nutricionales y consejos en función de la raza, edad y situación de salud del perro.
Dieta BARF
Puede que esta sea la única dieta que leerás que no va destinada a perder peso sino a que los animales mantengan una alimentación basada en su propia biología. El principio fundamental de este tipo de alimentación se basa en proveer a las mascotas de alimentos crudos. De hecho, el significado de BARF es “Biologically Appropriate Raw Food” (comida cruda apropiada biológicamente).
Fue desarrollada por el veterinario australiano Ian Billinghurst, y se basa en que entre un 60% y 80% de la alimentación del perro sean huesos carnosos en estado crudo. Esto quiere decir que más de la mitad de los huesos deben tener carne, bien sea de la zona del cuello de la ternera o el cordero o huesos de pollo. El otro 20% o 40% deben ser frutas y verduras crudas, además de huevos y vísceras.
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