Evita la retención de líquidos con estos trucos

Retener líquidos es molesto, poco favorable para nuestro salud y antiestético. Así que te interesa saber cómo puedes evitarla.

Por Cristina Soria

Retener líquidos es tan molesto como habitual, y no solo te hace sentir hinchada e incómoda. También es un inconveniente para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, porque el agua en nuestro cuerpo tiene diversas funciones, como desechar los residuos que originan en él. La retención se produce cuando nuestro cuerpo considera que tiene un exceso o insuficiencia de sodio, y es muy común en las mujeres porque los cambios hormonales que se producen durante la menstruación, el embarazo y la menopausia la favorecen, al igual que el consumo de determinados medicamentos.

Puesto que la ingesta adecuada agua es muy importante para evitar la retención de líquidos, procura beber un mínimo de 1,5 l de agua al día. Pero, además de beber agua, hay más cosas que puedes hacer.

La clave principal está en la alimentación

La mejor manera de luchar contra la retención de líquidos es prestándole atención a nuestra dieta. Para conseguir deshacerte de ella, los vegetales son tus mejores aliados. La mayoría de las verduras tienen un alto contenido en agua y son ricas en potasio, pero hay algunas que son especialmente recomendables cuando buscamos un efecto diurético y depurativo, como las alcachofas, los calabacines, los puerros, las acelgas, las espinacas o los espárragos.

Y aunque, como hemos dicho, las verduras son ricas en potasio, también podemos obtenerlo de frutas, legumbres, frutas desecadas o cereales integrales. 

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Por otro lado, hay que prestarle atención al consumo de sal, ya que su exceso es una de las principales causantes de la retención de líquidos, además de favorecer problemas circulatorios. Puedes sustituir la sal en las comidas por hierbas aromáticas, que te servirán para condimentar tus platos con un toque especial. Lo mismo ocurre con las salsas que compras en el supermercado, por lo general muy ricas en sodio; así que en la medida de lo posible es mejor que las prepares tú en casa para poder controlar la cantidad de sal.

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Reduce el consumo de grasas saturadas que empeoran tu circulación y, como consecuencia de ello, producen retención de líquidos. Además producen un aumento del colesterol en sangre y no resultan nada saludables para tu salud cardiovascular. Modera el consumo de embutidos, lácteos enteros, carnes grasas y bollería industrial.

Asegúrate de llevar una dieta rica en flavonoides para proteger tus arterias y venas, además de por su efecto antiinflamatorio. Frutos secos, pescado, frutos rojos, hortalizas y cereales integrales no deben faltar en tu dieta.

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Cosas que puedes hacer (y que no) para evitar la retención de líquidos

Practicar algún deporte con regularidad tiene beneficios para tu salud en general, y también es una gran ayuda a la hora de eliminar toxinas y líquidos retenidos. Ponte en movimiento de la manera que prefieras: correr, nadar, ir en bici… lo importante es que actives tus piernas para mejorar tu circulación y, por lo tanto, evitar la retención de líquidos.

Evita usar ropa demasiado ajustada, porque dificulta la circulación del cuerpo. Así que asegúrate de vestir con prendas de tu talla, que permitan que tu piel transpire y que no te aprieten.

Ten cuidado con los diuréticos, es más, no los tomes. Un elevado número de mujeres los consumen y, sin que puedan ayudarte a solucionar el problema, pueden tener efectos secundarios, como somnolencia o debilidad, que es preferible evitar. Especialmente si no están prescritos por tu médico.

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