Perder peso: ¿es verdad que sudar adelgaza?

Ni sudar adelgaza ni las agujetas son sinónimo de éxito. Así es cómo debemos entrenar para que nuestro ejercicio sea más eficaz y logremos perder peso si ese es nuestro objetivo

Por Nuria Safont

Para muchas personas, perder peso es uno de los objetivos más perseguidos. Los expertos, señalan que el mejor modo de conseguirlo es llevando una dieta saludable y mantenerse activo. Pero no todos los ejercicios sirven para adelgazar. Los hay que son más efectivos cuando queremos librarnos de esos kilos de más. Ahora bien, ¿sudar nos ayuda? Y es que, en la actualidad, se han puesto de moda disciplinas que pueden hacernos pensar que se puede adelgazar más sudando, por ejemplo, Bikram yoga. Vamos a ver si esto es así.

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¿Por qué sudamos?

Nuestro organismo funciona correctamente cuando la temperatura exterior está entre los 18 y 24ºC. Si sube o si hacemos algo para aumentar el calor corporal se ponen en marcha los mecanismos de refrigeración para evitar “recalentarse” y sufrir un daño. El sudor es uno de esos ellos. Se trata de un líquido compuesto de agua, sales minerales y otras sustancias que segregan las glándulas sudoríparas y que, al hacerlo, el cuerpo se refresca.

¿Sudar adelgaza?

No. “El sudor no es sinónimo de mayor pérdida de peso. Para adelgazar se debe combinar el entrenamiento aeróbico con ejercicios de fuerza como sentadillas o planchas abdominales” señala Miguel ángel Rodríguez, director de salud de Zagros Sports La Moraleja.

Sudar significa perder agua y sales minerales del organismo, sustancias que deben recuperarse para que este funcione correctamente. Así lo afirma el doctor Enrique Herrera Acosta, dermatólogo Hospital Vithas Parque San Antonio. “Sudar más no equivale a adelgazar más, ya que no se correlaciona directamente con el nivel de calorías gastadas. Además, el peso que se pierda con la sudoración se va a recuperar al reponer líquidos”. De hecho, cuando transpiramos debemos beber agua para mantener el balance hidroelectrolítico y la homeostasis (equilibrio interno).

Asimismo, la cantidad de sudor no depende, siquiera, de estar haciendo más y mejor el deporte que estamos practicando ya que este mecanismo de refrigeración “depende también de factores ambientales como la humedad y  temperatura del exterior así como (genética, edad, género...)”, añade el especialista. Incluso el estado de ánimo influye en la transpiración.

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Errores que reducen la eficacia del entrenamiento

Además de pensar que sudar adelgaza, cometemos otros fallos cuando hacemos deporte para adelgazar que, además, no solo no lograrán nuestro objetivo, sino que además contribuyen a incrementar el riesgo de lesiones. Miguel Ángel Rodríguez explica qué otros errores cometemos:

Entrenar durante un tiempo prolongado. Está demostrado que el ejercicio a alta intensidad durante 20 y 30 minutos quema más y es más eficaz para tonificar la musculatura.

Ir todos los días al gimnasio. La falta de descanso puede aumentar la producción de grasa abdominal y desregula la liberación de hormonas, pudiendo afectar al funcionamiento del metabolismo, ralentizando la pérdida de peso. Lo ideal es respetar tres días de descanso a la semana para aumentar la efectividad del deporte. Asimismo, también es posible adoptar un descanso activo, es decir, emplear los días libres para hacer ejercicio de menos intensidad (montar en bici, dar un paseo, etc.).

Hacer deporte en ayunas. ¡Error! Por la mañana, la energía de nuestro organismo es menor y se pueden producir lesiones. Lo mejor es ingerir algo ligero y saludable, por ejemplo, frutos secos o una pieza de fruta, antes de entrenar o tomar un buen desayuno una o dos horas antes de entrenar.

Practicar solo ejercicio aeróbico. Como decíamos, se asocia el sudor con una mayor quema de grasas y se entiende que si hacemos ejercicio aeróbico adelgazaremos más. El entrenamiento de fuerza, sin embargo, contribuye a una mayor pérdida de peso y de grasa. Para Miguel Ángel Rodríguez, es más conveniente reducir a la mitad el ejercicio aeróbico (correr, nadar, ir en bici) y hacer más entrenamiento funcional (sentadillas, dominadas, tablas, etc.).

Las agujetas tampoco son sinónimo de mayor rendimiento. Otro de los errores que cometemos al hacer deporte es asociar las agujetas con una mayor intensidad y rendimiento del ejercicio que hemos realizado. El experto recuerda que estas no son un signo de éxito, sino un síntoma de que hemos llevado a cabo una actividad demasiado intensa para nuestra forma física o el momento actual. Lo mejor es que, tras el entrenamiento, nos quedemos con una sensación de cansancio, algo de tensión muscular, pero nunca dolor.  

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