Consejos para iniciarte en un modo de vida saludable

Puede que tú también hayas sentido un 'deja vú' cuando piensas en tener una vida más saludable, porque a lo largo de los años no es raro que se repita el propósito de enmienda para comer mejor, hacer deporte y adquirir rutinas más saludables. ¿Qué hace que fracasemos?

Por Cristina Soria

Cuando decides que quieres incluir en tu vida una serie de cambios saludables lo más importante es no obsesionarte con la idea de que los resultados deben notarse de forma instantánea. 

Lo importante es el hábito, y no el resultado a corto plazo. Cuando el hábito está asentado en tu rutina, cruzas la frontera entre esforzarte y asimilarlo como algo normal. Es en ese momento cuando tu cuerpo ya está en la fase de mostrar los resultados y de sorprenderte, ya que aquellos lo que te propusiste cambiar con ahínco, surte al fin su efecto.

Lo que se hace con tiempo, el tiempo lo respeta

Nuestro organismo necesita tiempo, y aunque eso puede parecerte un impedimento para alimentar tu motivación, ya que los resultados de unas prácticas saludables tardarán en aflorar, lo cierto es que en el fondo es una ventaja. Siempre cuentas con tiempo para mejorar, y cuando lo haces, tu cuerpo es una maquinaria que absorbe los cambios de forma gradual.

No afrontes los cambios de forma radical, es más recomendable ir planificando una incorporación de nuevas rutinas saludables de forma gradual, porque si te marcas un día en el calendario donde sumar varias iniciativas, lo más probable es que acabes desistiendo. Si quieres incluir ejercicio físico y una alimentación saludable a tu día a día, ten en cuenta que son cuestiones que necesitan constancia y paciencia, y que pese a estar motivada, puedes vivir momentos de flaqueza. Adelántate a la posible frustración y busca la forma de que sea fácil de sobrellevar.

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Una buena alimentación es el 50%

Somos lo que comemos, y eso al final se transmite a nuestro estado anímico, a la sensación de agilidad, energía y bienestar general. Cuando varías tu alimentación para hacerla más saludable estás facilitando que la percepción de tu calidad de vida mejore, y eso hará que cada vez seas menos consciente de que has iniciado el proceso hacia un mejor estilo de vida, y que te parezca “normal” cuidarte.

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Adecuar tu dieta para conseguir desprenderte de alimentos ultraprocesados, azúcares y las grasas saturadas es vital, porque por mucho ejercicio que hagas, si sigues alimentándose mal tu cuerpo no notará mejoría y eso acabará minando tu ánimo y obligándote a tirar la toalla. Por tanto, no bases tu esfuerzo solo en el ejercicio, como si de un cheque en blanco se tratara para comer todo lo que te plazca. 

Educa tu gusto en sabores más reales y saludables, huye de las salsas, los preparados, y la comida que dice ser una cosa, pero que realmente te está aportando aquello que tu cuerpo no necesita, en lugar de los nutrientes que pensabas.

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Los dos puntos básicos para llevar a buen puerto un cambio de alimentación son la planificación y la compra cuidadosa de productos. Elabora todas las semanas un menú de lo que comerás para no dejar espacio a la improvisación. Las prisas y la impulsividad son las peores amigas de una alimentación saludable. No hace falta que seas meticulosa con el número de calorías que ingieres o el aporte de hidratos, puedes empezar introduciendo más verduras y fruta, y buscando alimentos reales, de calidad, que aporten fibra y proteínas, cerrándole el paso a los ultraprocesados. Poco a poco a poco irás cogiendo más consciencia de cómo combinar estos productos y, según acostumbres a tu organismo a apreciarlos, no entenderás cómo no empezaste antes a cuidarte más.

Cuida tu cuerpo

Que debes realizar ejercicio físico es una obviedad que jamás nos cansaremos de repetir. No hay nada que sirva de sustituto a esto, es vital y los resultados siempre son el mejor premio. Si no tienes hábito, empieza con aquel ejercicio que creas que puedes soportar sin aburrirte demasiado. Busca algo que te motive. Hay quien prefiere correr por su ciudad o por el campo. Si eres extrovertida y te gusta el baile, hay muchas disciplinas fitness en grupo que hacen que tu cuerpo se mueva al son de la música. Y si quieres desestresarte, el fitboxing cada vez tiene más adeptos. Tú eliges el deporte, pero no dejes de practicarlo.

Pero cuidar tu cuerpo no solo es practicar ejercicio. Tu cuerpo te pide descanso, así que vigila que estés cumpliendo con las 8 horas de sueño que necesitas. Puede que estés trasnochando porque, efectivamente, el día siempre se queda corto y a veces creemos que nos queda otra opción que “rascarle” horas a la noche. Sin embargo, una mente que descansa bien, vive mejor. Dormir es un bálsamo para todo tu organismo, es el tiempo en el que los biorritmos se regulan, el metabolismo se ajusta y tu mente procesa los cambios.

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