Cómo la resiliencia puede ayudarte a afrontar adversidades económicas

Una situación de dificultades económicas severas puede hacer que todo tu mundo cambie, sin embargo, una actitud resiliente puede ayudarte a sacar las conclusiones necesarias para esquivar una situación similar en el futuro.

Por Cristina Soria

Muchas situaciones complicadas de nuestra vida son cíclicas, y de la misma forma que llegan pueden desvanecerse. Estos procesos pueden causarnos una crisis anímica que nos haga replantear nuestras prioridades y nuestro punto de vista sobre ellas. 

Si salimos fortalecidos de la experiencia y la afrontamos con resiliencia, habremos aprovechado esta crisis para crecer y estar preparados para la próxima vez que algo de estas características nos acontezca.

Dificultades económicas lo impregnan todo

Cuando nos enfrentamos a una época de fuertes dificultades económicas todo nuestro mundo cambia de arriba a abajo. Esto supone un cambio de nuestra visión del mundo, porque muchas de las cosas que habían sido fáciles hasta el momento se convierten a nuestros propios ojos en lejanas e inalcanzables. 

De esta manera, surge cierta ansiedad porque, por un lado, urge la recuperación de nuestras cuentas; y, por otro, el mero hecho de vivir dificultades económicas nos cohíbe de seguir consumiendo de la forma en la que veníamos haciéndolo. Ambas cuestiones producen un estrés y una intranquilidad que va creciendo con el paso del tiempo.

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Más allá de la pérdida material, cuando nuestra economía personal atraviesa una crisis se imponen una multitud de engranajes sociales que bajo esta óptica nos hacen comportarnos de una forma contraria a lo que había sido habitual y, de alguna forma, nos hacen menos libres y más temerosos. 

Además, por una cuestión de “vértigo social”, los problemas de índole económico tienden a quedarse ocultos y a vivirse en silencio, generando vergüenza y convirtiéndose en tabú. Porque, además, tendemos a pensar que los problemas económicos son resultado de nuestra mala gestión, y que tener más o menos dinero nos define más allá de la comodidad o inconvenientes que causa.

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Resiliencia es asumir los cambios y saber impulsar un avance

Por duro que parezca, probablemente seas consciente de que ahora que algunos consumos podrían estarte vetados, los aprecias más. Aprendes así el valor de algunas rutinas que probablemente habías vivido como algo que dabas por hecho, como viajar, acudir a espectáculos o consumir productos delicatessen.

A la vez, también es el momento de valorar qué rutinas de tu vida, que tenían un coste, en el fondo son superfluas y las realizabas por rutina social. Este es el momento de replantear la escala de valores de lo que realmente vale la pena, y luchar por ella, y soltar lastres de aquello que en el fondo no necesitas.

Además, ante crisis personales producidas por dificultades económicas, es el momento de sondear a tu entorno para pedir ayuda y para explicar en qué consisten algunos cambios que estás realizando en tu vida. Sobre este nuevo punto de vista descubrirás quiénes valoran de forma positiva tu sinceridad y tus dificultades económicas, y quiénes no lo asimilan como esperas, demostrando que tal vez su aprecio es tan superficial como el de algunas cosas que has perdido en esta crisis.

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El objetivo siempre debe ser aprender de la situación y salir adelante

Todo cambio nunca es permanente. Como todo proceso en el que la resiliencia juega un papel decisivo, aprendemos a vivir bajo nuevas circunstancias, por limitantes que sean, y mientras desarrollamos actitudes y vínculos que nos ayudan a superar esta crisis y a pasar a un nuevo estado alternativo.

Una situación de dificultades económicas puede ser frustrante, hacerte sentir impotencia y creer que es un callejón sin salida. Además, la idea de que todo es culpa tuya también puede acechar, por no haber sabido manejar las circunstancias y haber fracasado poniendo precaución y medidas para esquivar la crisis. Pero cuanto antes mires hacia el futuro, antes encontrarás la solución, y lo que es más importante, te harás con la experiencia para saber actuar en una futura situación similar.

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