¿Por qué no te puedes sacar esa melodía de tu cabeza?

Se trata de un fenómeno que ha experimentado la mayor parte de la población. Pero, ¿por qué ocurre? Te lo explicamos, así como otras curiosidades de la música.

Por hola.com

¿Sabes por qué se te quedan 'pegadas' algunas canciones? o ¿tienes idea de cómo te ayuda la música a trabajar tu memoria? Existen muchas curiosidades en torno a este bello arte. Además de beneficios para nuestra salud. De hecho, la música es una de las actividades que mejor ayuda a mantener nuestro bienestar, el cerebro activo y contribuye a retrasar algunas demencias. Vayamos por partes, ¿por qué no te puedes sacar esa melodía de la cabeza? La ciencia puede tener una respuesta.

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Gusanos auditivos

Los científicos tienen un nombre para este fenómeno: earworm, que traducido al español sería ‘gusano auditivo’. También se le puede denominar síndrome de la canción pegada o, algo que nos suena mejor, ‘canciones pegadizas’. 

El mismísimo Stephen King fue uno de los que popularizó este síndrome. Y el escritor y neurólogo Oliver Sacks, autor del libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, también hizo referencia a este suceso y lo calificó como tic o ataque. El caso es que se desconoce la causa exacta de por qué se produce pero sí hay estudios que tienen sus hipótesis.

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Algunos expertos sostienen que se debe a que el cerebro trata de mantenerse activo si está ocioso. Otros apuntan a que intenta terminar algo inconcluso como, por ejemplo, una melodía que ha escuchado por casualidad o que ha recordado de forma repentina. En cualquier caso, y según un estudio publicado en la revista Music Psychology, se trata, generalmente, de un fenómeno benigno y que suele padecer el 90% de la población sin que entrañe ningún riesgo. Para que se active, basta con que alguien entone las primeras notas o similares de una melodía, o que leamos o escuchemos algo que nos recuerda a ella para que la canción inunde nuestra cabeza y no consigamos dejar de repetir un trozo una vez y otra vez.  A no ser que se nos pegue otra u ocupemos nuestra mente con algo que requiera mucha concentración. Pero no solo ocurre con canciones. También pasa con citas, una frase, un eslogan... 

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Otras curiosidades de la música

En torno a la música hay más curiosidades y, como decíamos, beneficios para nuestra salud. Estos son algunos de los que recopila la cadena de Hoteles Center con motivo de la festividad de Santa Cecilia, patrona de los músicos, que se celebra cada 22 de noviembre: 

Si corres con música corres mejor.  Los gimnasios silenciosos están condenados al fracaso, ya que la resistencia física de las personas puede llegar a aumentar incluso un 15% si están emitiendo música rock o pop, o con ritmo.

Aprende cantando y recuérdalo más. La razón y la memoria tienen una relación muy estrecha con la música, ya que puede ayudarnos en procesos de razonamiento, recuerdos (de hecho, se utiliza como terapia en enfermedades degenerativas, como el Alzheimer), y gestión de relaciones. Y si quieres preservar tu memoria, toca un instrumento. Te ayudará, además, a comunicarte mejor.

Mismo ritmo, mismas pulsaciones. El corazón adapta sus latidos a la música que estás escuchando; la música incluye en la presión arterial.

Ponle B.S.O a tu vida.  Al igual que es bueno entrenar físicamente con música, al escucharla, el cuerpo libera dopamina, la misma hormona que se libera en el cerebro con las actividades más excitantes o placenteras.

Tus plantas te lo agradecerán. Se ha observado que las flores y las plantas crecen más rápido y son capaces de sanar de enfermedades con más facilidad si se les habla, pero también, si hay música cerca.

Dime cómo vistes, y te diré qué escuchas. La forma en la que concebimos el mundo depende en gran manera de la música que escuchamos. Además, condiciona la forma de relacionarnos, de vestir, incluso también nuestras aspiraciones.

Música para el cerebro. Escuchar música es de las únicas actividades que obliga a que el cerebro haga trabajar todas sus partes y hemisferios. Incluso, hay géneros musicales que hacen que estimule esas zonas con más profundidad que otras, como es el caso del jazz.

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