Setas, la proteína natural

Se acerca el tiempo de las setas, y nos sobran los motivos para incluirlas en infinidad de platos.

Por Cristina Soria

Se aproxima el otoño y sus lluvias, que llenarán los montes de setas. Muchas de ellas llegarán a nuestras cocinas para alegrar nuestros platos de manera rica y saludable. Sin duda son uno de los alimentos de temporada más buscados y apreciados que no pueden faltar en nuestras gastronomía, tanto por su sabor como por la cantidad de beneficios que ofrecen.

En España hay miles de especies diferentes y las especies más conocidas son los champiñones, la seta de chopo, boletus, setas de San Jorge, las trufas, los rebozuelos o las trompetas de los muertos. Lo más importante es asegurarnos de que no estamos tomando ningún ejemplar tóxico. Es importante comprarlas en sitios de confianza, y si salimos a recogerlas es mejor recibir previamente una pequeña formación en micología. Así te asegurarás contar la información básica para diferenciar unas setas de otras.

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Las proteínas tienen mucha importancia en nuestra alimentación, especialmente si practicas deporte con asiduidad, porque son imprescindibles para alimentar y mantener nuestra musculatura. Y las setas son un alimento muy adecuado para conseguir este nutriente de forma totalmente natural y muy sabrosa. Pero no son solo ricas en proteínas, las setas también nos aportan numerosos nutrientes muy necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.

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Ricas en proteínas y minerales

Ante todo, es necesario destacar que poseen un alto contenido en proteínas, especialmente cuando están deshidratadas, y que estas son de alta calidad biológica. Esto hace que nuestro organismo las asimile con facilidad y así pueden alimentar de forma eficaz nuestras fibras musculares. Aunque también hay que decir que no alcanzan el porcentaje proteico que tienen la carne, las legumbre o el pescado. Su porcentaje de proteína (cercano al 10%), es elevado comparándolo con otros vegetales. Esto, por sí solo, las convierte en un alimento muy interesante si sigues una dieta vegetariana o vegana, o si practicas deporte con asiduidad y buscas incrementar la ingesta de proteínas.

Las setas, además, son fuente de numerosos minerales, como el potasio, el fósforo y el hierro. Los tres resultan imprescindibles para regular los líquidos en nuestro organismo y para obtener un buen funcionamiento muscular. El alto contenido en hierro, además, ayuda a prevenir los estadios de anemia. 

Por otro lado, las setas son ricas en oligoelementos como magnesio, el azufre, el zinc o el cloro, que nos ayudan a que nuestro organismo y nuestro cerebro funcionen correctamente, y a mantener el sistema inmunológico en buenas condiciones. Sin embargo, el que más destaca es el selenio, que tiene la importante misión de ayudar al organismo a descontaminarse de metales pesados. Otros alimentos ricos en selenio son los espárragos, el ajo y el marisco. De las setas destaca su ligereza, porque contienen agua en un porcentaje muy elevado (alrededor del 90%), mientras que el de grasas e hidratos de carbono es muy reducido (inferior al 2%)

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Mejor tomarlas en pequeñas cantidades

A pesar de ser sabrosas, ligeras y nutritivas, no es conveniente abusar de su consumo porque pueden resultar muy indigestas. Una de las razones es que contienen quitina, una sustancia que nuestro aparato digestivo no consigue digerir. Por eso es mejor no tomarlas en grandes cantidades.

Pero son perfectas para acompañar un guiso, un plato de carne o tomarlas revueltas con huevo. También son ideales para hacer salsas y acompañar platos de pasta. Por pocas que utilices, te estarás beneficiando de todas sus propiedades y estarás intensificando el sabor de cualquier plato.

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