La importancia de elegir un desodorante natural

Las sales de aluminio y otros componentes presentes en algunos desodorantes convencionales no son lo mejor para nuestra piel. En su lugar, puedes optar por alternativas naturales a base de salvia, romero, bergamota, lavanda…

Por J.G.

Saber qué llevan los cosméticos que utilizamos a diario es muy importante si queremos cuidarnos de forma saludable y respetuosa con nuestro cuerpo y con el entorno; especialmente, si hablamos de zonas tan sensibles como son las axilas.  Además, debemos tener en cuenta que el desodorante es, posiblemente, el básico de nuestro neceser que más usamos en nuestro aseo personal diario; por lo que no está de más dedicar unos minutos a revisar los ingredientes que aparecen en su etiqueta.

“La piel es más permeable de lo que crees. Absor­be sustancias como el medicamento presente en un parche transdérmico. Esto significa que también puede absorber productos dañinos: conservantes, tintes y otros químicos sintéticos presentes en nuestros cosméticos y productos de aseo personal. Esos químicos se meten literalmente bajo nuestra piel, donde po­drían estar provocando daños (aunque no los veamos). Son capaces de alojarse en las células y los tejidos, y podrían acabar poniendo en peligro el sistema inmunológico. Y un sistema inmunológico débil es incapaz de realizar su tarea de defendernos contra las enfermedades”, afirma la periodista Beth Greer, autora del libro La Casa Natural (Zenith) y fundadora de Supernaturalhome.com, una página web dedicada a proporcionar estrategias y consejos sobre salud y vida natural.

“Algunos de los químicos presentes en maquillajes y cremas son los mismos que se utilizan para ablandar plásticos, limpiar equipos y estabilizar pesticidas.Un grupo, el de los conocidos como disruptores endo­crinos, actúa de manera sutil, alterando la capacidad del organismo para pro­ducir suficientes cantidades de hormonas o interfiriendo en los canales hormo­nales del cuerpo”, prosigue.

Este es el motivo por el cada vez más voces -desde dermatólogos, investigadores científicos, firmas de cosmética natural...- recomiendan optar por productos 'saludables' que no pongan en riesgo nuestra salud. Tal vez estas razones terminen de convencerte de la importancia de revisar nuestro neceser.

- Sin aluminio. Aunque todavía faltan muchos más estudios al respecto sobre los posibles efectos nocivos de las sales de aluminio para nuestra salud –se ha vinculado al cáncer de mama-; existen algunas investigaciones, como la liderada por la científica inglesa Philippa Darbre, que explican cómo actúa este compuesto antitranspirante, que bloquea las glándulas sudoríparas impidiendo la salida del sudor y, por tanto, la función natural por la que nuestra piel elimina toxinas. Pero, además, el aluminio pasa al torrente sanguíneo a través de la absorción sistémica, especialmente eficaz a través de la axila. Es más: algunos de estos estudios señalan que el aluminio se absorbe hasta 6 veces más cuando la piel ha sufrido alguna irritación como la depilación. “Ningún producto debería intervenir de manera negativa en la biología de la piel y este es uno de los motivos que explica por qué los productos naturales están ganando cada vez más terreno en la sociedad”, explican desde la marca de cosmética natural Freshly Cosmetics.

¿Cómo nos aseguramos de que un desodorante no lleva aluminio? Puedes identificar este compuesto mediante el sufijo ‘–alum’ (Aluminium chlorohydrate, el más frecuente; aunque también lo puedes encontrar como Aluminium zirconium pentachlorohydrate). Y, ¡ojo! Si un desodorante lleva la etiqueta de natural, pero en sus ingredientes aparecen compuestos químicos, no te fíes.

- Sin parabenos. Uno de los conservantes antimicrobianos más empleados de la industria cosmética para preservar los cosméticos que, en los últimos años, han sido muy cuestionados por la industria cosmética y los propios consumidores. Y es que, aunque la ley permite los parabenos en ciertas cantidades, algunos están bajo sospecha de que puedan pueden alterar el equilibrio hormonal del organismo. De hecho, la Unión Europea prohibió en 2014 los parabenes isopropylparaben e isobutylparaben, y otros como el phenylparaben, benzylparaben o pentylparaben. Algunas investigaciones como la llevada a cabo por el Centro de Salud Infantil y Medio Am­biente de la Facultad de Medicina Mount Sinai (Nueva York) han constatado que los disruptores endocrinos son sospechosos de provocar trastornos reproductivos y del desarrollo, problemas de aprendizaje (como el trastorno por déficit de atención) y disfunción del sistema inmunológico.

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- Sin fragancias químicas. Los perfumes creados a partir de componentes artificiales son utilizados para enmascarar el olor, pero el problema es que estos componentes se van acumulando en el cuerpo y no son eliminados. A la larga, pueden llegar a ser perjudiciales por ser disruptivos hormonales y alergénicos. Una alternativa es utilizar perfumes, colonias o desodorantes elaborados con aceites esenciales, de salvia, romero, bergamota, lavanda…  

- Sin ftalatos. Otro grupo de químicos que hay que evitar y que encontramos de forma frecuente en desodorantes, fragancias, espumas y lacas para el pelo… Al igual que los anteriores componentes, son disruptores endocrinos.

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