¿Cómo saber si un lunar es malo?

El melanoma, la enfermedad que se ha llevado por delante a la influencer Patricia Rite, es un tipo de cáncer de piel muy agresivo pero curable si se detecta en fase muy precoz. Por ello, hay que revisar la piel a menudo y no descuidar la visita al dermatólogo tanto si se detecta o no una lesión sospechosa.

Por Nuria Safont

Hoy hemos conocido la triste noticia del fallecimiento de la influencer Patricia Rite a causa de un melanoma, una lesión que puede confundirse con un lunar sin importancia. Ello nos hace pensar en lo importante que es la prevención, ya que este tipo de enfermedad oncológica se puede prevenir con una detección precoz. ¿Y cómo saber si es malo un lunar? En solo un minuto en un minuto se puede averiguar. Ten a mano una regla, revísalo con luz y, a poder ser, con una lupa. Tras tu autochequeo permite que sea el médico quién revise anualmente tu piel ya que él es el único que puede llegar a un diagnóstico. Además, la visita anual al dermatólogo es la mejor manera de prevenir esta enfermedad y controlar las lesiones pre-malignas y malignas. 

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¿Qué es un lunar?

Un lunar es un pequeño tumor benigno. Pero que no cunda el pánico. Tumor no significa cáncer, sino un crecimiento y agrupación de células, en este caso, células pigmentadas de la piel, los melanocitos. Tener lunares es normal. Hay personas que nacen con ellos. En general, los lunares aparecen en zonas expuestas al sol. Aunque también pueden estar en otros lugares como las plantas de los pies, las uñas o, incluso, los ojos.  

Tiene el aspecto de una lesión pequeña, de color marrón y su diámetro no suele ser mayor de 5 mm. Su forma es redondeada y los bordes bien definidos. Al tocarlo, notarás como una ligera protuberancia, como formando una cúpula.  

¿Qué es un lunar maligno y un melanoma?

El melanoma es un tipo de cáncer de piel muy agresivo, pero que puede curarse si se detecta a tiempo. Según explica el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), dentro de su proyecto L.U.N.A.R si el melanoma se detecta a tiempo, tiene una probabilidad de cura de casi un 100%. Respecto al tratamiento, existen diferentes opciones de tratamiento enfunción del tipo de melanoma, del estadio en el que se encuentre y del paciente. Un melanoma se puede tratar mediante cirugía, quimioterapia,radioterapia, inmunoterapia y terapias dirigidas.

La exposición solar es el factor de riesgo fundamental. No siempre es fácil detectar un melanoma. Hay que sospechar de aquellas lesiones en forma de lunar pero con mal aspecto, que crecen, son asimétricas, cambian, duelen o sangran. Todo el mundo puede sufrir esta enfermedad. Sin embargo, “las personas con pieles de fototipo 2 (pelirrojos, de piel blanca, con pecas) o aquellas tengan una patología inmunosupresora y/o se les haya administrado un tratamiento oncológico tienen más riesgo”, indica la doctora Pilar López Criado, oncóloga de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Por ello, hay que estar pendientes y realizar una visita anual al dermatólogo, incluso aunque no se tenga sospecha de ninguna alteración. También si se cuenta con más de 11 lunares en un área pequeña, como el brazo, según un estudio llevado a cabo por un grupo de investigadores del  King’s College de Londres. En ese caso, el riesgo de sufrir melanoma también aumenta. 

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Chequeo en 1 minuto

Como decíamos, no todos los lunares son peligrosos y no todos van a convertirse en un melanoma. Pero sí hay que vigilarlos para evitar disgustos. Ponte en una zona con luz, a poder ser con una lupa para verlo mejor, y chequea los siguientes aspectos. Si se encuentra en una zona poco visible para ti, por ejemplo, la espalda, pide a tu pareja o a un familiar que lo observe. Aunque lo más aconsejable es que acudas al médico. Por el momento, lo que debes hacer es analizar el abecedario que han creado los expertos para detectar fácilmente una posible lesión cancersosa: el ABCDE del melanoma

A) ¿Cómo es su forma?

Simétrico o asimétrico. Tienes que identificar si se trata de un lunar simétrico, por ejemplo, redondo, o si, en cambio, es asimétrico (no consigues definir correctamente cuál es su forma). Si su forma es simétrica, es más probable que se trate de un lunar. Si, por el contrario, es asimétrica, podría ser un melanoma. Aunque tiene que cumplir otros criterios.

B) Chequea los bordes

Bordes regulares o irregulares. Un melanoma puede tener los bordes desiguales o irregulares (mellados o con muescas). En cambio, los lunares tienen los bordes mejor definidos.

C) ¿Cómo es su color?

Color. Una lesión maligna tiene diferentes tonalidades que van del marrón oscuro al negro. En cambio, los lunares o pecas suelen ser de una sola tonalidad, generalmente, marrón.

D) Mide su tamaño

Diámetro. Es importante que lo midas hoy y dentro de un mes. Las lesiones más peligrosas suelen tener un tamaño de 6 mm o más (midiéndolo en su parte más ancha). Otro signo que podría indicarnos que se trata de una lesión maligna es su crecimiento. Si lo hace rápidamente, ve al médico.

E) ¿Está cambiando?

Evolución. Puede ser otra señal de alarma. Si observas cambios en su forma, si pica, sangra o se forman costras, acude al dermatólogo para que confirme el diagnóstico. 

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Y recuerda: 

La prevención es tu mejor arma para combatir el cáncer. Y en el caso del cáncer de piel, evitar tomar el sol en exceso y hacerlo de forma responsable es tu salvoconducto. Por ello: 

  • Evita la exposición solar entre las 11 y las 16 horas
  • Utiliza un protector solar adecuado a tu tipo de piel y fototipo. Y utiliza gorra, sombrero y camisetas para una mayor protección. 
  • Los factores de protección altos también broncean. Un índice de protección elevado no sólo protege de las quemaduras sino que, además, permite broncearse con mayor seguridad y de forma más duradera
  • Toma el sol progresivamente y huye de la terrible práctica ‘vuelta y vuelta’
  • En los días nublados también hay que protegerse: el 90 por ciento de los rayos ultravioletas son capaces de traspasar las nubes. Por la misma razón, el hecho de estar bajo una sombrilla no garantiza una protección total
  • Renueva la aplicación del protector solar con frecuencia y, sobre todo, después de cada baño
  • Se deben utilizar protectores solares resistentes al agua, de esta forma aumenta el efecto protector
  • No utilices el fotoprotector para aumentar el tiempo de exposición al sol
  • Tampoco utilices productos del verano anterior que hayan sido abiertos y que además han estado en contacto con la arena y sometidos a temperaturas muy altas, puesto que pueden contaminarse y su efectividad disminuirá
  • No expongas a tu bebé al sol
  • Protege a los niños con camiseta, gorra y gafas de sol para niños
  • Ten en cuenta la reflexión de los rayos solares por el agua del mar, la arena y la nieve.

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