'Hot yoga': pros y contras que deberías conocer

Por hola.com


No deja indiferente a nadie y es capaz de despertar tanto odios como pasiones. Y es que el ‘yoga caliente’, como también se le llama, despierta algunas dudas en cuanto a las duras condiciones que se tienen que cumplir para su ejercicio: ¡42 grados de calor y una humedad ambiente que supera el 40%! 



Como en el caso de otros tipos de yoga, el Bikram se compone de una serie de posturas -26- y ejercicios de respiración, que tratan de favorecer los distintos sistemas del organismo (digestivo, respiratorio, circulatorio....). El método fue diseñado por Bikram Choudhury, un maestro del yoga que lo utilizó para recuperase de varias lesiones que sufrió al levantar pesas con 20 años. Pero el éxito llegó años más tarde cuando en 1973 emigró a Estados Unidos desde su India natal y empezó a dar clases en el centro de Beverly Hills que él mismo creó. Según Bikram, esta práctica utiliza el calor para estimular los músculos más rápido y trabajar más en profundidad y obtener mejores resultados. Otra diferencia es que las clases son iguales tanto para principiantes como para avanzados y, según sus maestros, se puede practicar a cualquier edad. Además, las altas temperaturas proporcionan, según los expertos de Bikram Yoga España, otros beneficios:

 

  • Ayuda a reducir el peso: elimina toxinas llenando de energía y revitalizando el cuerpo. Fortalece todos y cada uno de los músculos de las piernas mejorando la flexibilidad de las articulaciones de las caderas; ayudando a prevenir y curar lesiones.
  • Elimina dolores crónicos: ayuda a aliviar molestias de ciática, previene y elimina la artritis, ayuda a reducir y eliminar el dolor en la espalda baja, mejora la postura corporal y el equilibrio.
  • Mantiene una silueta equilibrada: fortalece tendones de la corva y muslo, los brazos, y los músculos de las piernas mejorando la flexibilidad de las articulaciones de la cadera, entre otros. 
  • Disminuye el estrés y la ansiedad: elimina la depresión y pérdida de memoria, desarrolla concentración mental creando equilibrio entre el cuerpo y la mente, reduce el ritmo cardíaco, la presión arterial y estimula la relajación total.

El gran ‘pero’ de este método es el peligro de ejercitar los músculos por encima de su capacidad y hacernos daño, según apunta un estudio reciente realizado por la Universidad de Duke que relaciona algunas lesiones con su práctica. Esto pasa porque con el calor todo nos resulta más fácil y nos da la sensación que tenemos más flexibilidad de lo real. Por tanto, hay que recordar que el yoga no es un deporte de competición y que siempre hay que seguir las pautas y recomendaciones que nos aporten los especialistas del centro. Y sin olvidar que el objetivo, al fin y al cabo, es encontrar la armonía física, el equilibrio y la tranquilidad.