Aunque la cocina y el salón quieren quitarle su papel principal en la vida familiar, nosotros no estamos dispuestos a dejarles. Eso sí, para que recupere su esplendor es preciso que sea el comedor de tus sueños (este de Roche Bobois podría serlo), aquel del que no quieras levantarte nada más terminar para ir al sofá y sea tan bonito que no tengas más remedio que quererlo y disfrutarlo todos los días. Tenemos las ideas de decoración, y las mejores medidas, para lograrlo.

Paso a paso

Para no equivocarte, antes de montar toda la zona, elige los muebles y después, y solo después, escoge la pintura, el revestimiento, la alfombra o la lámpara. Aunque parece que todo encaja no suele ser así. A continuación, haz los deberes y mide el espacio disponible antes de ir a la tienda si no quieres que una mesa pequeña quede empotrada en una habitación grande o que una demasiado grande comprima una estancia pequeña. Piensa que en un comedor de unos 15 metros cuadrados, es mejor una mesa que no supere los 80 cm de ancho y los 200 cm de largo, si es de 18 metros cuadrados, puede medir 90 cm de ancho por 220 cm de largo, y finalmente, en uno de 25 metros cuadrados, puedes elegir una XL de 110 cm de ancho por 280 cm de largo. Lo principal es conservar suficiente espacio alrededor de ella para garantizar una buena circulación.

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Encuentra su lugar

Ese donde no moleste, encaje bien con el resto de la decoración, facilite los recorridos con la cocina y le convierta en uno de los sitios más agradables de la casa, como en esta propuesta de Hübsch. Evidentemente su ubicación depende de los metros y la planta del espacio. En salas amplias o que comparten espacio con el salón o la cocina, puedes colocarlo en el centro y erigirle rey, con permiso del sofá, también puedes colocarlo en una esquina o al final, preferiblemente cerca de una ventana. Mientras que en estancias XS, lo habitual es situarlo al lado del estar o adosado a una pared, para dejar espacio libre en el medio.

En colores a prueba de modas

Puede que te sientas tentada de elegir un conjunto atrevido en colores llamativos. Sin embargo, debes saber que un (buen) comedor es para toda la vida, o al menos para el tiempo que quieras disfrutarlo. Por eso, si te gustan los colores llamativos, úsalos a modo de ‘acento’, como en este ambiente de Villeroy & Boch, en los complementos: centros de mesa, jarrones, manteles o, incluso, la vajilla y la cristalería. Así, podrás renovarlo cuando necesites un cambio con un mínimo desembolso.

La mesa: material y forma

Madera, chapa, vidrio, mármol, cerámica... Elige los muebles en función de tus gustos, tu presupuesto y tu situación familiar. Así, si tienes niños debes evitar, por ejemplo, las mesas de vidrio que se rayarán con el tiempo o en madera lacada, algo más frágil. ¿Lo ideal para un comedor familiar? Chapa, madera o cerámica. Respecto a la forma, las tendencias de decoración apuntan hacia los modelos rectangulares, pero lo cierto es que el ideal es aquel que encaja en tu estancia como un traje a medida. Así, una planta alargada, como la de esta propuesta de Zara Home, pide a gritos un diseño rectangular, ya que uno cuadrado empequeñece y resulta menos estético; mientras que, en una habitación cuadrada, se puede optar por una de la misma forma, aunque una mesa redonda suaviza, aporta fluidez y favorece la comunicación entre los comensales.

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Medidas que debes respetar

Una mesa estándar (esta de El Corte Inglés) debe tener una altura de 70-75 cm, para que entren cómodamente las piernas. Mientras que en el ancho entran en juego dos variantes: el espacio individual para comer sin estar pegado al vecino, especialmente en estos momentos donde la distancia social es importante, está entre 61 y 76 cm, y el largo entre 40 y 46 cm; y la zona de acceso compartido, es decir el centro. Aunque varía según el número de cosas que van, debe tener 25-45 cm, que deben dividirse entre los comensales enfrentados. También es importante contar con hueco alrededor. Este debe ser de unos 120 cm, 90 cm en estancias mini, para permitir circular libremente y sentarse y levantarse cómodamente.

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Contar con el número justo de sillas

Ni más… ¡Ni menos! Su número debe ser, sobre todo, proporcional al tamaño de la mesa y al uso de la sala. De esta manera, cuando rara vez utilizas el comedor, colocar ocho sillas para recibir a tus invitados sería un error estético, incluso si tienes espacio de sobra en la habitación, ya que saturará y 'comprimirá'. Como regla general, una mesa rectangular de dos metros de largo (como esta de Ercol), debe vestirse con seis sillas (cuatro enfrentadas y dos en los extremos), pero nunca ocho. Si es más pequeña, mejor cuatro. Si se trata de una redonda, con 152,4 cm de diámetro es perfecta para cuatro personas y de 182 cm, para seis. Un buen truco es hacerse con dos sillas más, que puedes guardar en el trastero y sacarlas solo cuando las necesites.

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El arte de mezclar o no mezclar

Es uno de los grandes debates a la hora de montar el comedor y, aunque nos encanta la mezcla y aportar un toque menos convencional, es fácil caer en un sinsentido ‘deco’, de efecto ‘patchwork’. Lo más sencillo para no perderse es tener un hilo conductor, como en esta propuesta de Maisons du Monde. Así, puedes optar, por ejemplo, por cuatro sillas del mismo color y poner en los extremos dos de otros tonos, respetando la armonía cromática: no se trata de mezclar rojas, verdes, azules… La combinación de diseños antiguos con otros más contemporáneos también suele funcionar.

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Con buena luz

En un comedor, lo mejor por estética, pero también por funcionalidad es, sin duda, una lámpara colgante o varias (como en esta propuesta de Ondarreta), según el tamaño de la mesa. Debe estar centrada y a la altura ideal, de manera que permita ver lo que estás comiendo, sin entorpecer la visión de la persona que tienes enfrente. Para completar, multiplica los puntos de luz indirecta con modelos de pie o de sobremesa, para crear un ambiente acogedor.

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Con muebles de apoyo

Porque, incluso, las mesas de tamaño XL necesitan auxiliares que les liberen de platos y fuentes. Un aparador, una estantería, una vitrina, como estas de Kenay Home, o un carrito son soluciones que te facilitan el día a día. Si quieres darles un especial protagonismo, introduce un diseño antiguo en un ambiente contemporáneo o uno minimalista y atrevido en un comedor clásico.

Con o sin alfombra

¿Siempre? Seamos claros. Nos encanta el efecto que produce, su capacidad de ‘elemento barrera’ cuando el comedor comparte espacio con el salón o la cocina, su elegancia innata capaz de convertir un lugar corriente en otro sofisticado, como en este ambiente de H&M Home, y la excelente protección que brinda a nuestro suelo. Sin embargo, también pensamos en sus inconvenientes (migas y manchas) que obligan a una limpieza exhaustiva, si no quieres que proliferen los gérmenes. Como recomendación, resérvala para espacios amplios y comedores de poco uso.