7. Bien iluminado
Durante el verano, la vida se traslada al exterior (casi) las 24 horas del día, por lo que necesitas que, además de bien equipado para dar respuesta a las necesidades del momento, cuente con un proyecto lumínico que permita disfrutarlo igual de día que de noche. Antes de nada, estudia el entorno y aprovecha la luz que te dan tanto las farolas de la calle como la iluminación de dentro de casa e, incluso, un cielo estrellado. Después, establece tres zonas: para caminar, para ver (mesas, porches o barbacoas) y para disfrutar.
Recuerda que se trata de iluminar, no de convertir tu jardín en una feria con guirnaldas en cada árbol y luminarias de suelo a cada paso. Por eso, es mejor ser comedido que pasarse, buscar el equilibrio y recurrir a modelos portátiles, un ‘must’ de este verano, como la FollowMe de Marset (en Oliva Iluminación).
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