Original de los años 50
Si nos remontamos a los orígenes de este icónico sillón con el que decorar terrazas e interiores, su historia nos llevará a México a los años 50. Precisamente, el diseño trenzado de su asiento que ya hemos destacado, está basado en una antigua técnica maya de trenzado y le confiere resistencia y flexibilidad al mismo tiempo.
Una de las historias que circulan alrededor de este sillón de exterior e interior es que fue un turista francés quien lo diseñó cuando en un viaje a Acapulco (de ahí su nombre también), se dio cuenta de que las sillas de la playa estaban demasiado calientes para sentarse. Así, ideó un modelo más apropiado, inspirado en las tradicionales hamacas mayas, que soportase mejor el sol. La separación de los cables hace que el aire circule y no se caliente, por eso es perfecta para el exterior.
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