Para gustos, los colores, de eso no hay duda. Pero hay algunos que, aunque no tienen prohibida la entrada en nuestro hogar y resultan altamente beneficiosos, sí deben usarse con moderación a la hora de pintar, ya que pueden abrumar, empequeñecer y anular el resto de la decoración. Por eso, verde manzana, fucsia, morado… ¡Mejor en pequeñas dosis! No se trata de demonizar sino de lograr que tus paredes sean un aliado de la decoración de interiores, no un enemigo. Estos son los 10 tonos que debes aplicar con moderación.

1. Amarillo en todas sus versiones

Pastel, paja, limón e incluso fluorescente, el amarillo atrae con su vitalidad, energía y diversión a las más creativas, pero también puede desanimar a aquellas que desean una decoración más ligera y duradera. Porque, desafortunadamente, a la larga resulta cansino e, incluso, aumenta los niveles de ansiedad. No se trata de eliminarlo sino de dosificarlo: mostaza para un asiento, pastel para un friso o en la pared de una habitación para el bebé...

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2. Verde manzana

Posee la frescura de la naturaleza y la vitalidad de un día de verano, pero tanta energía puede acabar agotando. Si te gusta este tono (a nosotras nos encanta), opta por usarlo en accesorios o en piezas como butacas o sillones. Si decides aplicarlo en la pared y quieres un resultado tan vitaminado como este de Little Greene asegúrate de que haya cierta armonía con la decoración y que se trate de una habitación luminosa.

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3. Azul cielo

El azul cielo es el acompañante perfecto para los sueños y la dulzura. Sin embargo, esto no siempre es así cuando se trata de una cocina o de un salón. Un color frío que recuerda al agua y al cielo, puede resultar soso, desangelado y poco apetecible si sus acompañantes no son los idóneos. Si tienes duda, úsalo en cojines, mantas, sábanas o combinado con blanco y otros tonos 'blue'. Lo siento, su utilización en habitaciones infantiles está 'out'. 

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4. Salmón

El rosa salmón tuvo su momento, pero no es ahora. A pesar de todo, tiene su punto, como demuestra esta cocina diseñada por CaSa Colombo and Serboli Architecture. Piensa que estamos ante un tono cálido y amigable, que encaja muy bien con el blanco, aunque es difícil de coordinarlo con otros rosas, quizás por su toque naranja. 

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5. Gris de suelo a techo

Aunque nos hemos declarado fan del gris, por su capacidad para integrarse en distintos estilos decorativos, su elegancia y sofisticación, lo cierto es que lo mucho, cansa. Antracita, metalizado, azulado... Hay muchos tonos de gris para combinar y no recargar, úsalos también en complementos y telas. 

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6. Rojo brillante

Otro color realmente 'avasallador' es el rojo brillante. Pasillo, dormitorio, baño o salón, no existe un lugar idóneo, o al menos nosotros no lo hemos encontrado, para pintar todas las paredes con él. Sin embargo, este poderoso color es perfecto para una pared del recibidor, un friso en la cocina... 

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7. Rosa fucsia

A primera vista, parece difícil integrar el fucsia en un interior. Sin embargo, colocar un sillón de este tono, pintar un rincón del salón o en la ropa de cama puede dar mucho juego. Eso sí, evita incorporarlo en exceso, especialmente en la cocina o el estar, ya que puede provocar cierta ansiedad. La vida en rosa tiene muchas versiones. 

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8. Naranja vitaminado

A favor, su capacidad para transformar los espacios, aportar un toque 'funky' o retro e inyectar energía positiva a cualquier rincón. Sin embargo, si te gusta este color, úsalo con moderación en accesorios, manteles, cojines o en la pared combinado con otro tono, como en esta propuesta de Bruguer. 

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9. Morado claro... ¡y oscuro!

Al igual que con el fucsia, es preferible no usarlo en exceso y convertirle en un buen aliado para accesorios como cortinas o ropa de cama. Si quieres que suba a la pared, combínalo con blanco y elementos en madera. 

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10. Negro absoluto

Tan atractivo como peligroso en la decoración de interiores, el negro es un color para usarse siempre con precaución. Por eso, si la estancia es oscura o tienes muebles negros, es mejor no pintar las paredes de este tono porque las hará opresivas, frías o, incluso, aterradoras. Una buena idea es combinarlo con blanco, uno de los dúos más efectivos, y utilizarlo solo si el espacio recibe mucha luz natural. 

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