DECORACIÓN INTERIORES

¿Existe el salón perfecto?

El salón ‘10’ sería un espacio inspirador, capaz de adaptarse a las nuevas necesidades y reflejar, al mismo tiempo, tu personalidad y estilo. Lograrlo es mucho más fácil de lo que parece, sobre todo si nos ayuda un experto como Lorenzo Meazza.

Por hola.com

Haciendo nuestro el final de la película ‘Con faldas y a lo loco’: Nadie (ni nada) es perfecto, pero en ocasiones puede rozar la excelencia, nos ponemos en manos del responsable de interiorismo de Ikea España, Lorenzo Meazza (todo un experto en la materia), para que nos ayude a lograr que nuestro salón (casi) lo sea con una buena decoración de interiores. “Podríamos decir que el salón ideal es aquel en el que conviven las dos identidades (la social y la privada) en perfecta armonía, en un equilibrio capaz de convertirlo en refugio personal. Por eso, nuestro salón debe ayudarnos a vivir a gusto. Un espacio que funcione y que refleje mi estilo de vida y mi personalidad, se acercará a la perfección”, explica.

En busca de nuestro salón ideal

El salón sigue siendo el corazón de la casa, pese a aquellos que lo habían trasladado a la cocina. Las cifras no engañan. En 9 de cada 10 hogares españoles, el salón es el espacio más grande de la vivienda y aquel donde se pasa más tiempo (despierto, ‘of course’): unas 3,29 horas de lunes a viernes, según un reciente estudio de Ikea. Sin exagerar, “podemos decir que el salón es la casa por el uso y actividades que desarrollamos en él, por la importancia que tiene para cada miembro y por ser la estancia más visible –nuestra ‘carta de visita’–, la que abrimos a los invitados”.

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Un corazón con tres arterias

El salón de hoy en día no refleja el estatus social, como ocurría antes. Ahora dice quién soy. Si antes buscábamos la durabilidad y la robustez, ahora es la inspiración la que nos mueve, queremos que refleje nuestra personalidad, nuestro estilo, nuestros gustos, a través de las piezas y elementos que construyen el espacio. Los salones actuales se mueven por tres arterias, que a su vez inciden en la distribución y la decoración del espacio: el uso y actividades que llevamos a cabo en él, la importancia en la vida familiar y ser la estancia visible para los invitados.

“El ocio nos permite entender este ambiente como nuestro lugar de desconexión, creando espacios más flexibles. Hoy se ve la televisión, se trabaja, se lee, se hace gimnasia, se duerme la siesta, se hacen los deberes, incluso se come. Por eso, el mobiliario debe dar respuesta, y una respuesta efectiva y sencilla, a todas estas nuevas necesidades”, explica Meazza. Además, debe ser un ambiente ordenado, con elementos (baldas, librerías, cajones…) que te permitan guardar, organizar y tener a mano tus cosas. Además, estos ‘contenedores’ son herramientas muy útiles para exponer tu vida y preferencias y mostrárselas a los demás.

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El sofá sigue siendo el rey

En esta estancia el confort y el bienestar es una necesidad. Por eso no es de extrañar que el sofá siga siendo el rey, la pieza clave, alrededor de la cual gira la vida. “Curiosamente, aunque los espacios son cada vez más pequeños, los sofás son cada vez más grandes –y la tele, sin duda–. Modelos modulares que te permiten hacer más cosas: ver la televisión, leer, trabajar. No solo nos sentamos sino que nos tumbamos y comemos en él (la encuesta de Ikea establece que más de un tercio de los españoles comen o cenan en el sofá). Aunque, al mismo tiempo, nuestra parte individual reclama poder tener un rincón, una pieza –desde una 'chaise longue' a una butaca– que nos ayude a sentirnos bien, a desconectar del ruido y la rutina”, comenta Meazza. Respecto al resto de piezas, se buscan soluciones y elementos flexibles, mesas de centro convertibles donde también se puede comer y trabajar con el ordenador, por ejemplo, que permitan optimizar el tiempo y el espacio.

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Tendencias que funcionan

A diferencia del dormitorio, los salones no se decoran cada dos por tres, no se renuevan de forma temporal, sino que su decoración es más estática, porque cuesta mucho y no lo transformas cada año. Por eso, ‘la segunda piel’ (colores, textiles, alfombras, los cojines) es clave, a la hora de dar otro aire o adaptarlo a la nueva estación.

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Otra de las tendencias de los nuevos salones es lo natural. Bien a través de las plantas (sin olvidar el huerto urbano) bien a través de los materiales reciclados y sostenibles: bambús, algodones, maderas, corcho… Materiales que nos envuelven y nos arropan estableciendo lazos con la naturaleza y un estilo de vida más auténtico.