Integración entre estancias y conexión visual con el exterior en una amplia vivienda en Benicàssim

La sensación de amplitud y confort de esta casa se ha conseguido derribando muros divisorios y apostando por abrir grandes ventanales y cristaleras

Por hola.com

En más de una ocasión nos hemos referido en esta sección a los trucos para conseguir que un espacio ajustado parezca más amplio. Pues bien, los interioristas de Egue y Seta han empleado esas mismas ideas para abordar la reforma integral e interiorismo de un amplio chalet de 300 metros cuadrados en Benicassim. El resultado es, como ellos mismos dicen, “una sensación de bienestar espacial y de confort visual que está mas relacionado con la integración, la versatilidad y la libertad de movimiento que con los centímetros”.
Los medios para conseguir este fin en esta hermosa vivienda pasan por la eliminación de particiones innecesarias, la anexión de espacios de circulación a estancias con vocación práctica y la conexión visual con el exterior. Vamos, lo que habitualmente se hace para aumentar sensación de amplitud y libertad en pisos estrechos y oscuros.

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Pero comencemos por su acceso principal al que se llega atravesando un jardín perimetral o “cinturón verde”. Nada más traspasar la puerta, quedan al descubierto el comedor —instalado sobre una antigua terraza ahora acristalada—; la cocina, inmediatamente anexa y sin particiones; y el salón. Todas estas zonas miran —una de las obras consistió en ampliar las ventanas— directamente a un jardín frondoso y cuidado que hace olvidar la proximidad del mar.

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Entre estas estancias apenas se levantan divisiones. Su delimitación visual se logra a través del cambio de pavimentos, los revestimientos de paredes y las alturas de los techos. En el salón, por ejemplo, predomina la calidez de la madera que parece abrazar un sofá en “L” de líneas puras y color profundo. En esta zona llama la atención un módulo empotrado de vocación mixta: almacenaje, consola audiovisual y chimenea.

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A continuación se presenta el comedor sin haber atravesado puertas o umbrales. Nos encontramos entonces con una mesa de roble natural sobre estructura de hierro ubicada en las inmediaciones de una espacio expansivo que está convenientemente integrado a la cocina al tiempo que rodeado de jardín.

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La cocina a su vez, rompe la continuidad en los revestimientos apostando por una atrevida combinación de acabados cerámicos tradicionales, aceros brillantes e industriales y elementos decorativos domésticos. De ese modo, aparece como un universo aparte en el sentido estilístico, aunque espacialmente se encuentre absolutamente integrado. Eso sí se pasa de una zona a otra circundando un pequeño jardín interno que articula toda la planta baja y sus estancias. A su derecha encontramos un aseo de cortesía.

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De nuevo, en la planta superior un jardín interno se propone como eje de circulación y elemento decorativo visual del que disfrutan todas las estancias a través de particiones transparentes de cristal. En primer lugar una habitación principal en suite con el cuarto de baño ubicado inmediatamente detrás. Hasta él nos llevan el pavimento de roble que se prolonga por toda la planta de la habitación hasta topar con los alicatados de las estancias húmedas. Frente a la cama un vestidor abierto, cuyas paredes ofrecen todo el mobiliario necesario.

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En la misma planta se localizan dos habitaciones más de dimensiones menos generosas. Y que, al igual que la principal, disfrutan de vistas sobre los jardines perimetrales de la vivienda. Para su decoración se ha optado por la utilización de un único color de revestimiento de techos y pared de cabecero, a modo de reforzar la continuidad, la sensación amplitud, y el protagonismo de los planos arquitectónicos mediante el acento cromático y lumínico.