Jarrones: el elemento decorativo que no debes olvidar, tampoco en invierno

A la hora de comprar un jarrón para colocar en el salón de casa, has de tener en cuenta dónde lo vas a ubicar, qué colores predominan en la estancia y si quieres que vaya ‘en solitario o acompañado’.

Por hola.com

Cuando entras en una casa —sobre todo en un salón— y a poco que mires, te encuentras con algún jarrón en el que se lucen unas boinitas flores, te está diciendo mucho de los propietarios de ese hogar. Probablemente más de lo que imaginas. Para empezar, te dice que cuidan mucho —y con mimo— el aspecto de su casa. Que lea gusta estar atento a cada pequeño detalle decorativo. Y, por supuesto, que les gusta la naturaleza y la belleza de las flores.

Porque no nos engañemos, un bonito jarrón con flores recién cortadas o compradas es sólo un detalle, pero cambia de manera sorprendente el aspecto de la estancia donde se coloca. Casi cualquier recipiente, casi cualquier tipo de flores u hojas es perfectamente válido. Pero si quieres crear el ambiente ideal y puedes elegir, has de saber que también en este mundo hay claves básicas para acertar de pleno.

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Lo que sí has de tener claro es que los jarrones son elementos decorativos indispensables. Olvida la idea de que adornan por su contenido. En sí mismos son un detalle esencial. Tanto es así que con frecuencia no vas a necesitar ‘rellenarlos’. ¿Un ejemplo? Si los jarrones destacan por su sobrecarga decorativa quedarían ridículos si introdujeras en ellos grandes ramos con flores de montones de colores.

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En cualquier caso has de elegir según sea la decoración del resto de la sala. Y has en tener en cuenta algunas premisas básicas para no equivocarte a la hora de combinar el jarrón. Por ejemplo, tienes que fijarte en el color que predomina en la habitación: una mala elección acabará con la armonía del ambiente.
Si el salón de tu casa está decorado en tonos claros y neutros, puedes colocar jarrones de colores vibrantes o llamativos, como complemento decorativo. Lo mismo sucede en sentido contrario. Si las paredes lucen colores intensos, en papel o pintura opta por jarrones algo más discretos, casi anodinos. Incluso de cristal transparente y sin adornos. Porque lo que tratamos con los jarrones es buscar el equilibrio.

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Lo mismo sucede con el estilo decorativo. Elige una pieza que combine. Un sofisticado jarrón de época puede parecer completamente fuera de lugar en una habitación de estilo contemporáneo o de diseño. Y al contrario. Claro que volvemos a decirte que ante la duda, es siempre mejor tratar de simplificar y pecar de discreción. Tanto en colores como en formas.

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Antes de decidir dónde colocarlos, recuerda que los jarrones pueden tener dos funcionales: Por un lado, llenar espacios vacíos o esquinas. Por otro, puedes aplicarles el objetivo de dirigir la atención a otros objetos de la habitación, como muebles, fotos, espejos y cuadros. A nosotros nos gusta mucho una idea que hemos visto en repetidas ocasiones: colocar un conjunto de jarrones en una mesa velador o una cómoda. En este caso, es recomendable que sigan una misma estructura. Incluso que pertenezcan a una misma colección.

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Una vez decidido el lugar, el color y la forma, has de pensar si merece la pena que luzca plantas o flores. En este último caso, lo perfecto es que éstas coordinen con el jarrón en cuanto a colores y tamaño, por supuesto. La altura es fundamental. Mide el jarrón más el arreglo floral antes de decidir dónde colocarlo. Si es muy alto, apuesta por una mesa baja o velador. O incluso por el suelo. Si la boca del jarrón es pequeña, olvídate de las flores naturales. Coloca en su interior unas hojas secas o brotes de trigo o de algodón.