Ideas prácticas para comer —o montar un 'office'— en la cocina

Por hola.com

Una de las imágenes más habituales en el imaginario colectivo es esa en la que nos vemos a nosotras mismas en una amplia cocina, con suficiente espacio de almacenaje para todos los cacharros, baterías de cocina y vajillas; con amplia zona de aguas y una enorme encimera –a ser posible, en isla–. Pero, sobre todo, con una zona de office en la que comer y cenar. Y también en la que hacer un desayuno rápido los días de diario. Lo suficientemente amplio para que los niños hagan los deberes mientras tú preparas la cena.

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Pues bien, aunque no es siempre posible, hay diversas posibilidades de montar un pequeño —o un gran— comedor de diario anexo a la cocina. De esos que te salvan la vida o, al menos, te la hacen más sencilla, que ya es bastante. Lo ideal es poder colocar una amplia mesa en el centro de la estancia. Es la ubicación más cómoda porque simplifica el trabajo de poner y quitar la mesa, tan engorroso sobre todo cuando los niños son los encargados de hacerlo.

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Esta opción está especialmente indicada para cocinas de grandes dimensiones y planta cuadrada, porque queda más espacio en la zona central. Además de la comodidad, otra de sus ventajas tiene que ver con la sensación de amplitud que da la existencia de conexión visual entre ambas zonas.
Si te puedes permitir esta opción, trata de elegir una mesa y una serie de sillas de los mismos materiales que el resto de la cocina —mejor aún si es de la misma colección—. Si no lo encuentras o nada te convence, has de buscar piezas que sean casi opuestas, para de ese modo conseguir el máximo contraste. De ese modo, el office quedará delimitado con un solo vistazo.

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Pero claro, no todos tenemos opción de montar un amplio comedor en medio de la cocina con una mesa rectangular. También puedes tratar de colocarla pegada a la pared y moverla para el momento de las comidas o las cenas. Tampoco desestimes la idea de las mesas redondas. A menudo son más versátiles de lo que creemos. Eso sí, procura elegirla con pie central. Son más cómodas porque las patas no molestan al sentarse.

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Dedicar un ala de la encimera a modo de península como una barra continuación de una de la zona de trabajo es una opción muy habitual. Y generalmente muy apropiada para cocinas de estilo decorativo contemporáneo y con dimensiones algo más ajustadas. Eso sí, has de tener en cuenta que necesitas de un fondo mínimo de 35 centímetros para meter las piernas.

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Los espacios más pequeños pueden contar con algo parecido a un office colocando una balda volada en una pared libre. Incluso puedes montarla para que sea abatible y que no ocupe espacio mientras no se utiliza. Si es fija, tendrás la ventaja de que podrás meter los taburetes debajo. Ocupan menos espacio real y visual: dos ventajas en una.
Los muebles con ruedas suponen un sistema muy versátil. Porque suelen ser polivalentes. Por ejemplo, los carritos de cocina y los verduleros con sobre. Lo mismo sirven como encimera que como mueble para el almacenaje o mesa para desayunos rápidos o comidas para un solo comensal.

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En cualquiera de estos casos, es recomendable que los muebles sean visualmente ligeros, de materiales y colores que no ocupen mucho. Y que la zona de comedor se sitúe lo más cerca posible de las ventanas u otras aperturas al exterior.