Que los arbustos no te coman el terreno

La poda es una labor muy importante y por eso, a continuación te ofrecemos unas recomendaciones para acometerla con criterio

Por hola.com

La mayoría de los arbustos pueden agruparse en función de sus necesidades de poda. En este sentido, conviene podar poco y con frecuencia, en el mejor de los casos una vez al año, en lugar de esperar varias temporadas a que la planta haya crecido y sea ya inmanejable.

Los arbustos que florecen a finales del verano, necesitan una poda a principios de primavera, justo antes de que florezcan los nuevos brotes. Por ello, conviene cortar buena parte de las formaciones del año anterior, pues cuanto más intensa sea la poda mayor crecimiento tendrá la planta. Por su parte, los arbustos que eclosionan antes de la mitad del verano, deben ser podados en cuanto termine la floración, recortando uno de cada tres de los vástagos antiguos hasta la altura de los nuevos.

Arbustos de gran follaje, de hoja perenne y de hoja gris
Existe otro tipo de arbustos que suelen cultivarse por su follaje o sus brillantes tallos de colores. Estos arbustos deben podarse al principio de la primavera, eliminando todos los desarrollos del año anterior hasta casi el nivel del suelo. Esta poda estimulará un follaje mayor y más brillante en primavera y verano y más tallos vistosos en invierno.

Por su parte, la mayoría de arbustos de hoja perenne deben podarse sólo cuando se quiere limitar su extensión, están enfermos o la madera se encuentra dañada. No obstante, existen algunas especies que pueden precisar de una poda anual, para lo que conviene cortar bastante los tallos largos y aligerar los superpoblados. A su vez, los arbustos de hojas grises, como el espliego, deben ser podados para mantener las plantas compactas y el follaje denso. En este caso, conviene recortarlos ligeramente en primavera, una vez que las plantas hayan arraigado bien.

Poda de arbustos grandes
Cuando pode tallos viejos y gruesos en arbustos y ramas de árboles, lo mejor es usar una sierra de podar. El problema principal al cortar ramas grandes es que su peso tiende a doblar la rama libre antes de que se haya completado la poda, produciendo un acabado imperfecto y desgarrando la rama y la corteza a bastante distancia del corte. Este punto puede ser una vía de entrada para enfermedades. Para evitarlo, deberás hacer un primer corta más allá de la rama, aproximadamente hasta la mitad del grosor. Después, corta hacia abajo, a unos 2,5 cm. del primer corte. La rama se romperá y el corte podrá entonces completarse.