Te proponemos elaborar una masa de pizza casera y darle forma ovalada para hacer dos unidades individuales. Le vamos a poner su tomate correspondiente y provolone. Se trata de un queso elaborado en el norte de Italia, de pasta semiblanda, que tiene una textura muy elástica y por eso es ideal para fundir. Les daremos también un toque de orégano seco.
Para la masa de pizza
- 250 g de Harina
- 15 g de Levadura de panadería
- 125 ml de Agua templada
- 1 pizca de Sal
- 1 cucharadita de Aceite de oliva virgen extra
- 0.5 cucharadita de Azúcar blanca
Para la cobertura
- 4 cs de Salsa de tomate
- 150 g de Queso provolone en lonchas
- 4 cc de Orégano
- 2 cc de Aceite de oliva virgen extra
LA MASA
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1.
Mezcla en un bol un poco de agua tibia, el azúcar y la levadura. Remueve bien y deja reposar unos minutos.
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2.
Echa la harina en otro bol, haz un agujero en el centro y añade la mezcla anterior, la sal y el aceite.
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3.
Ve añadiendo el resto de agua tibia y mezclando a la vez. Quizás tengas que añadir algo más de agua.
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4.
Saca a a la mesa de trabajo y amasa un poco para volver a poner el resultado en el bol, tapar con papel film o un trapo y dejar reposar hasta que duplique su volumen (como mínimo 1 hora).
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1.
Precalienta el horno a 180 grados.
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2.
Saca la masa, amasa ligeramente y divide en dos para estirar con forma ovalada.
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3.
Extiende la salsa de tomate por encima y coloca las lonchas de provolone.
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4.
Espolvorea el orégano por encima.
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5.
Coloca las dos pizzas en una bandeja de horno cubierta con papel resistente al calor.
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6.
Hornea las pizzas a 180 grados, con calor por arriba y por abajo, durante unos 10-15 minutos.
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