02:00
Fácil
Por
SUSANA BATICÓN
Una mousse es un postre etéreo y ligero que puedes preparar de varias maneras. Te mostramos la nuestra, en este caso con fresas, cuyo resultado pondremos sobre un fondo de galletas con mantequilla derretida. Es una tarta que no lleva horno, ya que al llevar gelatina se cuaja en la nevera con el frío.
- 20 ud de Galletas
- 75 g de Mantequilla
- 250 g de Fresas y alguna más para decorar
- 150 g de Azúcar blanca
- 500 ml de Nata para montar 35% MG
- 100 ml de Leche
- 10 g de Gelatina neutra en polvo
- Menta
- Flores comestibles
-
1.
Mete las galletas en una bolsa de plástico limpia y pasa el rodillo por encima varias veces hasta convetir en migas.
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2.
Mezcla con la mantequilla derretida y cubre el fondo de un molde de tarta desmontable untado con un poco de mantequilla.
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3.
Mételo en la nevera mientras preparas la mousse.
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4.
Hidrata la gelatina en polvo con un poco de la leche y deja reposar unos minutos.
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5.
Lava, quita el rabito de las fresas, trocéalas y tritura con la batidora hasta convertirlas en un puré.
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6.
Cuela para retirar las semillas de las fresas.
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7.
En un cazo a fuego medio calienta un poco el resto de la leche, añade la gelatina hidratada y mezcla hasta disolver para echar el puré de fresa y remover. Retira del fuego.
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8.
En un bol grande monta la nata bien fría con el azúcar.
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9.
Agrega con cuidado el puré de fresa.
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10.
Saca el molde de la nevera y rellena con la mezcla anterior.
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11.
Deja enfriar unas 2 horas, saca la tarta, desmolda, decora con unas fresas, hojas de menta, flores... ¡y ya la tienes lista!
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