El mejillón es un molusco bivalvo que tiene dos conchas negras unidas. Es muy rico en proteínas, bajo en grasas y con muy pocas calorías. En el mercado, lo encontramos fresco, congelado o en conserva. Los compramos de la primera forma -asegúrate de que estén cerrados, esto es vivos- para cocinarlos con una salsa de cebolla y vino blanco. Asegúrate de limpiarlos muy bien antes.
- 1 kilogramo de Mejillones
- 2 ud de Cebolla
- 1 hoja de Laurel
- 300 ml de Vino blanco
- Sal
- Aceite de oliva
- Perejil fresco
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1.
Comienza lavando y limpiando bien los mejillones.
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2.
Después pela y pica la cebolla en daditos pequeños.
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3.
Pon una cazuela grande al fuego, echa aceite de oliva, rehoga la cebolla picadita y cuando tome un poco de color, incorpora el vino blanco, el laurel y los mejillones.
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4.
Añade una pizca de sal y deja cocer hasta que todos los mejillones se abran.
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5.
Sirve los mejillones en una fuente y espolvorea con perejil fresco picado.
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