Las tartas de queso frías, que no necesitan horno, nos encantan. Seguimos aquí una de las recetas más habituales: base de galleta de mantequilla, relleno de queso (en este queso apostamos por el rico mascarpone) y cobertura de frutos del bosque. ¡Un postre que gustará a toda la familia! Eso sí, tienes que prepararlo con tiempo porque requiere varias horas de nevera.
La base
- 500 g de Galletas de mantequilla
- 200 g de Mantequilla
El relleno
- 10 Hojas de gelatina
- 600 ml de Nata para repostería
- 800 g de Queso mascarpone
- 250 g de Azúcar
- 150 ml de Zumo de limón
La cobertura
- 2 Hojas de gelatina
- 220 ml de Zumo de fresas
- 50 ml de Agua
- 80 g de Azúcar moreno
Decorar
- Fresas
- Arándanos
- Menta (unas hojitas)
LA BASE
-
1.
En un robot, picar las galletas hasta obtener un polvo grueso.
-
2.
Mezclarlo con la mantequilla a temperatura ambiente y poner la mezcla sobre la base de un molde desmontable de unos 16 cm de diámetro presionando un poco. Reservarla en la nevera.
-
1.
Hidratar la gelatina en agua fría.
-
2.
Montar la nata y añadir el queso mascarpone con suavidad para que no se baje mucho.
-
3.
En un cazo, calentar a fuego medio el zumo de limón con el azúcar y, luego, añadir la gelatina y remover hasta que se disuelva.
-
4.
Incorporarlo a la mezcla anterior y echarla en el molde sobre la base de galleta.
-
5.
Dejarlo durante 6 h en la nevera.
-
1.
Hidratar la gelatina en agua fría.
-
2.
Mientras, mezclar los otros ingredientes en un cazo a fuego medio, añadir la gelatina y remover hasta que esté totalmente disuelta.
-
3.
Verterlo encima del relleno de la tarta y meterla a la nevera otras 6 h.
-
1.
Desmoldar la tarta y decorar con unas fresas, arándanos y unas hojitas de menta.
Más recetas de
POSTRES:
Últimas recetas: