Es todo un clásico: la carne acompañada de queso, especialmente roquefort. Optamos por el solomillo de cerdo, una salsa de ese queso azul y una guarnición a base de pera. Un plato de fiesta que puedes hacer en cualquier momento y alegrar tu mesa.
- 2 ud de Solomillo de cerdo ibérico
- 50 g de Queso Roquefort
- 1 vasito de Leche
- 0.5 vasito de Nata para cocinar
- 1 chorrito de Vino blanco
- 1 unidad de Pera Conferencia
- 2 cs de Aceite de oliva virgen
- Sal
- Pimienta
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1.
En un cazo cocemos la leche a fuego lento, añadimos el queso roquefort desmigado y removemos con varillas o batidora hasta obtener una crema.
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2.
Cuando rompa el hervor, añadimos la nata, cocinamos a fuego lento, sin parar de remover, y esperamos a que vuelva a hervir. Reservamos.
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3.
Pelamos la pera y cortamos en daditos.
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4.
Ponemos una sartén a fuego medio y echamos 1 cucharada de aceite; añadimos la pera y sofreímos ligeramente (que queden los dados dorados por fuera y crujientes por dentro). Retiramos y reservamos.
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5.
Cortamos los solomillos por la mitad, de forma longitudinal, y añadimos 1 cucharada de aceite a la misma sartén para dorar la carne a fuego fuerte con sal y pimienta.
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6.
Ponemos los solomillos en una fuente con los dados de pera y cubrimos con la salsa de roquefort muy caliente.
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7.
Llevamos a la mesa para que no se enfríe.
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