¿Hay algo más bueno que unos crepes para desayunar o merendar? Con la suerte de poder combinarlos con ingredientes salados o dulces, son perfectos para disfrutar en cualquier momento. El gran secreto está en la masa y en el reposo de ésta de al menos durante media hora, y lo ideal es que esté una hora reposando dentro de la nevera. ¡Manos a la masa!
- 120 g de Harina
- 250 ml de Leche
- 2 ud de Huevos
- 1 cucharadita de Azúcar
- Mantequilla
- Sal
- Arándanos
- Nueces peladas
- Miel
- Azúcar glas
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1.
Batir en un recipiente alto los huevos, la leche, una cucharada de azúcar y una pizca de sal.
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2.
Añadir poco a poco la harina hasta formar la masa cremosa.
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3.
Tapar y dejar reposar durante al menos media hora en la nevera.
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4.
Extender con las manos una nuez pequeña de mantequilla en una sartén antiadherente y calentar la sartén durante unos minutos a fuego medio alto.
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5.
Añadir medio cazo de la masa en el centro de la sartén y extender rápidamente por toda la superficie de ésta.
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6.
Cocinar durante un minuto y medio y dar la vuelta con la ayuda de una espátula. Cocinar un minuto y retirar el crepe de la sartén.
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7.
Repetir así hasta finalizar la masa e ir reservando los crepes en un plato uno encima de otro.
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1.
Doblar los crepes por la mitad y plegar en forma de triángulo. Colocarlos en un plato, añadir arándanos, nueces peladas, miel y espolvorear con azúcar glass al gusto.
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