Si en el tiramisú tradicional los bizcochos se empapan en café expreso y licor de Amaretto y vino Marsala, aquí los empaparemos en una mezcla de leche con cacao disuelto previamente y licor (de café o ron dorado). No obstante, si lo prefieres, siempre puedes optar por el café y hacer la receta clásica.
- 6 ud de Yemas de huevo a temperatura ambiente
- 200 g de Azúcar blanca
- 285 g de Queso mascarpone a temperatura ambiente
- 420 ml de Nata para montar muy fría
- 400 g de Bizcocho de soletilla
- 240 ml de Leche con un poco de cacao disuelto
- 120 ml de Licor café o ron dorado
- Cacao en polvo para decorar
- Crema chantilly para decorar
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1.
Mezclamos las yemas y el azúcar en un bol apto para el calor, batimos con unas varillas eléctricas hasta que todo quede bien incorporado y cocinamos al baño María durante 10 minutos sin dejar de remover.
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2.
Apartamos del fuego, batimos hasta que la mezcla se espese y coja un color amarillo claro, unos 5 minutos a velocidad media. Añadimos el queso mascarpone y batimos hasta homogeneizar.
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3.
En otro bol, batimos la nata para montar hasta que tenga una textura espesa y duplique su volumen.
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4.
Con una espátula de goma, incorporamos la nata montada a la mezcla de las yemas, con movimientos envolventes y reservamos.
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5.
En un tercer bol, mezclamos la leche con el cacao disuelto con el licor (café o ron, lo que hayamos elegido). Sumergimos los bizcochos unos segundos, sin remojarlos demasiado.
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6.
En un molde, preferiblemente cuadrado, ponemos una capa de bizcochos empapados y, encima, una capa de crema. Vamos haciendo capas consecutivas hasta cubrir el molde.
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7.
Espolvoreamos un poco de cacao en polvo y crema 'chantilly' a modo de decoración y refrigeramos, al menos, unas cuatro horas.
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