Las tejas más habituales están hechas con almendras. Estas pastas ligeras, ideales para servir con un café, un té o un licor, nacen en Francia, aunque son muy populares en el País Vasco, especialmente en Tolosa (Guipúzcoa). Vamos a cambiar la almendra por piñón y el resultado también es una delicia: ligero, cruijiente y con un sabor riquísimo.
- 100 g de Piñones pelados y crudos
- 1 ud de Claras de huevo
- 50 g de Azúcar blanca
- 50 g de Harina de trigo
- 30 g de Mantequilla
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1.
Incorporamos en un bol la clara de huevo y el azúcar y los batimos muy bien.
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2.
Agregamos la mantequilla en textura de pomada y seguimos batiendo.
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3.
Cuando la masa esté bien lisa y todos los ingredientes estén integrados, la guardamos al menos 1 hora en la nevera para que se asiente.
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4.
Precalentamos el horno a 160º C.
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5.
Añadimos los piñones a la masa y mezclamos.
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6.
Forramos una bandeja de horno con papel resistente al calor o con silicona.
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7.
Depositamos encima pequeñas porciones de la masa, con separación entre ellas, y las vamos extendiendo con una cuchara para que queden finitas y los piñones se distribuyan.
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8.
Horneamos unos 10 minutos a 160º C.
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9.
Las podemos dejar planitas o darles forma de teja, antes de que se enfríen, colocándolas sobre una botella para que se doblen.
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