La chirimoya es una fruta tropical de pulpa dulce, muy fresca y aromática. Está llena de semillas negras, que hay que retirar para su consumo. Y, pese a que es en fresco como más se toma, también se puede cocinar con él. Además, esta fruta es de fácil digestión, con efecto saciante y laxante, regula el nivel de glucosa y el de colesterol. ¡Una joya gastronómica!
- 250 g de Chirimoya (pulpa sin semillas)
- 1 brik 1/2 litro de Nata para montar
- 150 g de Azúcar glas
- 6 hojas de Gelatina neutra
- Esencia aroma de vainilla
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1.
Abre las chirimoyas por la mitad, elimina los huesos y echa la pulpa en un bol.
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2.
Con unas varillas eléctricas montamos la nata bien fría con el azúcar glas y la esencia de vainilla.
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3.
Hidratamos las hojas de gelatina en agua.
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4.
Juntamos la pulpa de la chirimoya con la nata montada, mezclando con movimientos suaves.
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5.
Añadimos las gelatinas escurridas y mezclamos hasta que se integren bien.
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6.
Servimos mousse de chrimoya en unos vasitos o copas de postre y deja que se enfríen durante, al menos, 2 horas.
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